Belén Maya y Olga Pericet bailarán con alegría para las personas tristes
Las artistas presentan una reflexión sobre los límites emocionales como fuente de inspiración creativa
Actualizado:Dice Juan Carlos Lérida que todos los sentimientos del mundo caben en dos; que la alegría y la tristeza dibujan un espectro tan amplio que acaban tocándose, como los polos opuestos, y que en los tramos de ese arco conviven la angustia, la frustración, la esperanza, la euforia, la melancolía, la incertidumbre y el desconsuelo. Belén Maya, la bailaora, cree que con los palos flamencos más intensos sucede lo mismo. Que una soleá, por ejemplo, llevada al extremo, puede resultar, si no cómica, al menos caricaturesca. La frontera entre lo trágico y lo grotesco es débil, permeable. El tema, intensamente explorado por la literatura y la filosofía, tiene también una lectura estética extrapolable al flamenco.
'Bailes alegres para personas tristes', se llama el espectáculo. Estreno absoluto, en las tablas del Villamarta. Al menos en la presentación quedó claro que el proyecto tiene intenciones y soporte conceptual, sin que eso signifique que las bailaoras se dediquen a teorizar sobre el escenario. «Partimos de una idea muy concreta, pero la hemos depurado hasta el punto de que cada espectador podrá hacer su propia lectura y llegar a sus propias conclusiones», explicó David Montero, responsable de la dirección musical. Que nadie espere una línea argumental definida, ni un guión que subraye la trama o los personajes.
Belén Maya insistió en que le interesan los espacios fronterizos, no sólo emocionales, sino también coreográficos. «Dan mucho juego. Te ofrecen un enorme margen de libertad». De ahí que apueste por los lugares de encuentro. «El papel de Olga Pericet supera el de la artista invitada. Queríamos enfrentar a dos artistas, no con un sentido de reto, sino de proyección, de identificación, y a la vez señalar sus diferencias».
De ahí que en algunas piezas bailen frente a frente. «Es que el arte flamenco es un espejo de doble cara: lo individual, lo anárquico, lo furiosamente privado, choca e interactúa con lo colectivo, lo racial, lo familiar y lo territorial», detallan las protagonistas.
Los espacios ajenos
Su carácter individual «lo acerca al hombre contemporáneo, al habitante de las ciudades, saturado de información, huérfano de dioses e ideologías, rodeado de aparatos que lo alejan de otros hombres y lo encierran en una cárcel de imágenes»; pero su capacidad para encarnar lo colectivo «le da la fuerza, lo hace resistente a la uniformidad de la globalización».
El título, «una cajita repleta de contenido», hace referencia al intento de crear «un espacio de luz y de color, pero también de sombra y de dolor». Un juego dual (de nuevo el juego), pero en el sentido más serio de la palabra: bailaora y guitarra, dos bailaoras ante dos guitarras, dos bailaoras ante dos cantaoras, dos guitarras que intentan crear un espacio musical común y dos bailaoras que buscan un punto de encuentro donde sus experiencias se abrazan para crear algo nuevo, distinto, original. Eso sí, «todos los planteamientos teóricos, escénicos y musicales tienen réplica y base en el discurso coreográfico» de Belén Maya y Olga Pericet.
Visto de esa manera, 'Bailes alegres para personas tristes' es una sucesión de números musicales y/o bailados que permite la exploración libre del movimiento como lenguaje. Se trata crear un ámbito en el que la bailaora «no se siente aislada y sola, sino que forma parte de un complejo mucho más extenso que, a su vez, se enriquece con sus aportaciones».
Belén Maya ahonda: «Este espectáculo es un trabajo de investigación, de colaboración, que pretende crear un espacio donde los códigos se puedan compartir y desarrollar, hasta extender sus fronteras y crear un modo nuevo de comunicación que nunca se desata de la conexión principal, que es la que nace de la bailaora y la guitarra».
De la premisa del flamenco como arte individual («es siempre un 'yo' quien habla y casi siempre de asuntos íntimos»), a sus condicionantes como expresión colectiva («étnica, social, geográfica»), surgen estos bailes alegres para personas tristes que se postulan como una de las propuestas más sustanciosas del año.