Día de la mujer
Actualizado:No hay duda de que la principal laguna en la vigencia de los Derechos Humanos en esta sociedad global consiste todavía en la postergación de la mujer con respecto al hombre. Los países desarrollados, y España entre ellos, mantienen una plausible presión contra la violencia de género, residuo de atavismos culturales todavía vigentes, con resultados relativamente esperanzadores; pero en el mundo en general, la mujer es objeto todavía de sistemática explotación, de crónico relegamiento a un papel subsidiario en la escala social, de sometimiento al varón y de falta de oportunidades de desarrollo personal. Los datos que hoy mismo se publican en los medios de comunicación para ilustrar la situación son tan reveladores como aterradores. El hecho de que Naciones Unidas celebre mañana el Día de la Mujer es un acicate para que la comunidad internacional prosiga su lucha emancipadora. Pero no basta, obviamente, con actuaciones voluntaristas, periódicas e inconexas para remediar el problema de fondo, que es la coincidencia multicultural de un machismo extendido a todo el orbe que ha generado y consolidado la injusta asimetría actual. Frente a esta inequidad, sólo caben una incesante beligerancia y un incansable y permanente proselitismo.