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Sociedad

Papá no era James Bond

El periodista Jimmy Burns Marañón publica una biografía de su padre, Tom, un católico que fue espía británico en la España franquista de la posguerra

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Tom Burns posiblemente conoció los detalles de la conspiración que desembocó en el alquiler en Londres de la avioneta que voló a las islas Canarias para llevar a Franco a Marruecos y hacerse cargo del levantamiento de las tropas contra el Gobierno de la República.

Más tarde, el mismo personaje que estaba en el centro de aquella conspiración londinense, el corresponsal del diario 'Abc', Luis Bolín, llevó a Burns a Guernika como parte de su campaña para convencer al mundo de que la ciudad vasca -cuya destrucción por la Luftwaffe había dañado gravemente la imagen de los 'nacionales' en el extranjero- había sido reducida a ruinas por dinamiteros rojos y nacionalistas.

Burns, que era el editor de la revista católica 'The Tablet', pensó que Bolín estaba contándole una mentira pero decidió no publicar nada para no perjudicar el avance de la causa que defendía, la de la victoria de Franco y de la Iglesia a la que pertenecía.

Esos episodios se revelan en 'Papá Espía', el libro que publica esta semana la editorial Debate. Y que es obra de Jimmy Burns, el hijo de Tom.

«Fui periodista en Latinoamérica en la época de Pinochet y de la junta argentina y algunos amigos también sufrieron durante el franquismo. Por eso me cuesta comprender su simpatía. Pero me pregunto: si yo hubiese tenido la edad de mi padre en ese momento, su formación católica, estalla la Guerra Civil, oigo que se queman iglesias, que se violan monjas, ¿en qué posición hubiese estado? Aunque me cuesta, entiendo por qué mi padre tomó el lado de Franco».

Pero el libro de Jimmy Burns no tiene como objetivo mirar hacia la Guerra Civil con afán de justificar la posición que tomó su padre, sino de reconstruir los pasos de un periodista, diplomático, propagandista y quizás espía, que desplegó su actividad más significativa en un Madrid de la posguerra agitado por las batallas en el régimen de Franco entre los nítidos partidarios del fascismo y del nazismo y otros sectores del régimen que podrían tener consecuencias importantes para la contienda entre los Aliados y las fuerzas del Eje en la Segunda Guerra Mundial.

Burns, padre e hijo, han recorrido territorios similares. El hijo, Jimmy, se acogió recientemente a la jubilación anticipada en el diario 'Financial Times', donde ha ejercido como periodista especializado en servicios de inteligencia, seguridad, terrorismo,... Con ese bagaje, el hijo, que conocía que su padre no fue soldado en la Segunda Guerra Mundial, como los padres de sus amigos, se empeñó en investigar si había sido realmente un 'James Bond'.

Su padre no hablaba en familia de lo que hizo en aquel tiempo y eso creó en el hijo una imagen de «cierto heroísmo y de misterio», a la que se añadía su interés profesional. Con las artes del «historiador con afán objetivo y del periodista de investigación», ha compuesto un fresco detallado de ese tiempo y un retrato de su padre, que combina «el amor natural y el deseo de encontrar la historia real».

Aunque algunos críticos del libro, como el ex embajador británico en España, David Brighty, han negado amistosamente en sus críticas al libro la veracidad del título, diciendo al autor que su padre no fue espía, Jimmy está seguro de que fue un agente y que cooperó con el MI5 y el MI6. Lo que él ha probado en este libro es que su misión en Madrid se situaba en un área en la que diplomacia e inteligencia se cruzaban con lindes difusas.

Relaciones de embajada

Un tema central del libro es el mundo intelectual de los católicos ingleses. Novelistas consagrados, como Graham Greene o Evelyn Waugh, eran amigos y correligionarios de su editor, Tom Burns, y en la trama de la historia convivieron y tuvieron frecuentes roces con hombres del establishment británico que en realidad operaban como espías soviéticos. Kim Philby o Anthony Blunt estuvieron en los servicios de inteligencia en la sección responsable de la política ibérica.

Especialmente interesante es la descripción de las relaciones de la embajada británica en Madrid con personas del régimen. La misión de Burns en Madrid como consejero de información se basó en su apoyo a Franco y sus numerosos contactos con el catolicismo español. Su empeño, en el cual desplegó una gran energía, fue influir en la política española para que mantuviera al menos su política de neutralidad y diseminando la visión de los Aliados.

«Los católicos no pudieron enseñar en las universidades de Oxford o Cambridge hasta el siglo XX. Por supuesto ningún católico fue primer ministro. Los diputados católicos eran mal vistos,... La Inquisición, la Armada, el 'papismo', estaban, y aún lo están, muy metidos en la conciencia colectiva», describe Jimmy Burns. «Por eso, en el momento en que estalló la Segunda Guerra Mundial querían demostrar que, en primer lugar, eran patriotas, y además católicos».

Ésa es la política de un libro que ofrece también un retrato familiar interesante para el lector de la edición en castellano. Porque Tom Burns se casó con Mabel Marañón, la hija de don Gregorio, en la consumación de su viaje hacia el interior de la cultura española, que comenzó con un azaroso cruce de los Pirineos en un tiempo de guerra.