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Los acusados reconocen que el Acobiomol se fabricaba en un garaje

Acosta afirma que falseó su título de biólogo para dar confianza y vender el tratamiento, mientras que Andrades dice que se limitó a acompañarle

ALMUDENA DOÑA
JEREZ.Actualizado:

La primera sesión del juicio por el 'caso Acobiomol' no defraudó y dejó al descubierto toda una trama en la que parte de los procesados ganaron cantidades ingentes de dinero con la comercialización de un producto que se suponía que curaba enfermedades muy graves y cuyo resultados fueron, cuando menos, discutibles.

Uno de los considerados artífices del 'invento', Juan Manuel Acosta, fue el primero en testificar para corroborar lo que se sospechaba: que no posee ningún título universitario pero que se hizo pasar por biólogo molecular para «ofrecer una seguridad»; que el producto se fabricaba en un garaje particular y que no fue sometido a ningún control médico ni de calidad. Eso sí, quiso dejar claro que cuenta con un amplio currículum relacionado con este área, con ensayos y colaboraciones en el extranjero, aunque negó que hubiera dicho que fue propuesto al Premio Nobel para dar credibilidad a su negocio. «Yo no dije que curara el cáncer -subrayó-, hablé sólo sobre avances en medicina inteligente».

En este sentido, reconoció que el Neovit 3000 (uno de los nombres bajo el que se vendió la teoría del Acobiomol, relacionado con la curación de enfermedades) en algunos casos no funcionó, pero nunca conllevó empeoramiento del paciente. También precisó que ni él ni su socio, Luis Andrades, prescribían el producto ya que no era un medicamento, sino de un compuesto de elaboración propia.

En lo que respecta a la participación del resto de los imputados, Acosta aseguró que Andrades estuvo presente siempre en la fabricación del producto y que los beneficios se repartían al 50%, a pesar de que la cuenta bancaria estaba únicamente a su nombre.