Un enfermo trata de acuchillar a su madre
Cuando los agentes llegaron al domicilio, avisados por la mujer, encontraron al detenido en su cuarto encerrado y con el arma en las manos La víctima rehusó la orden de protección y alegó a la Policía que su hijo no tiene adonde ir
Actualizado:No es la primera vez que la Policía se encuentra con la impotencia de unos padres que no saben qué hacer con sus hijos aquejados de algún tipo de trastorno mental; unas enfermedades que los vuelven irreconocibles hasta el punto de llegar a atentar contra sus propios familiares. La falta de recursos asistenciales para ingresar a estos enfermos, a partir del cierre de los antiguos psiquiátricos años atrás, está detrás de experiencias como la que se vivió en un barrio humilde de La Línea el pasado fin de semana, donde se rozó la tragedia.
La Comisaría recibió una llamada de auxilio de una madre que aterrada relataba que su hijo la estaba amenazando de muerte con unas tijeras. Una patrulla policial se desplazó de inmediato a las señas que les había dado la víctima y cuando llegaron la encontraron aún con el miedo en el cuerpo, pero con el presunto agresor encerrado en su habitación. Según confirmaron fuentes policiales, el joven, de 28 años, presentaba un estado de nerviosismo importante y no quería abrir la puerta de la habitación. Poco a poco los funcionarios pudieron convencerlo y cuando lograron acceder a la estancia, D. E. V. aún tenía en sus manos las tijeras con las que supuestamente había amenazado de muerte a su madre.
La Policía, con el joven ya desarmado, procedieron a su arresto y a trasladarlo a dependencias policiales. La progenitora fue asistida como una víctima más de violencia en el ámbito familiar y como primera medida le indicaron que podría acogerse a una orden de alejamiento que impidiera a su hijo acercarse a ella. Sin embargo, la víctima rehusó hacer uso de ella. La mujer explicó que su hijo sufre de esquizofrenia y si se quedaba fuera de casa no tendría adonde ir porque no tienen recursos. El instinto materno prevaleció por encima de cualquier miedo y optó por acogerlo de nuevo en el seno familiar.
D. E. V., que no había sido arrestado anteriormente por algún episodio similar, fue puesto a disposición judicial, quedando en libertad con cargos.