Ágil. Además de hacer deporte todos los días durante una hora, Obama suele jugar partidos ocasionales de baloncesto. :: PETE SOUZA/EFE
Sociedad

Obama, ¡ojo con el tabaco!

El presidente de EE UU tiene una salud «excelente», aunque los médicos le aconsejan que diga definitivamente adiós a los «pitillos ocasionales» y se cuide el colesterol

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Sujeto de 48 años, que llega al médico en chandal y zapatillas de deporte, pesa 82 kilos y mide 1,85. Se llama Barack Obama, tiene una salud «excelente», lucha contra el vicio del tabaco a fuerza de chicles y parches de nicotina, le ha subido ligeramente el colesterol y su único problema es una tendinitis crónica en la rodilla izquierda, fruto de una antigua lesión de baloncesto.

Ese fue en corto el diagnóstico del doctor de la marina Jeffrey Kuhlman, que el domingo realizó en 90 minutos el primer chequeo médico al comandante en jefe. Obama tiene un médico que duerme permanentemente en el piso de abajo, pero una vez al año acude a la base naval de Bethesda (Maryland) para que los especialistas den fe de que está en condiciones de gobernar el país.

Ahí es cuando se ha visto que pese a todos los esfuerzos de su esposa para cuidar la dieta nacional con verduras frescas y un jardín ecológico, los gajes de la presidencia amenazan con dispararle el colesterol, que ya pasa ocho puntos del límite recomendado.

Es una minucia, pero Michelle tomará nota y le vigilará de cerca las comidas, decidida como está a ser un modelo de familia. El propio secretario del Tesoro, Tim Geithner, es un habitual de sus actos de campaña contra la obesidad, como ejemplo de alguien que la sufrió durante la infancia. Y al alcalde de Oklahoma, Mick Cornett, lo ha puesto a dieta bajo supervisión on line de toda la población, que puede sumarse al esfuerzo colectivo de perder un millón de libras entre todos ('www.thiscityisgoingonadiet.com').

Sus propias hijas sufrieron en la infancia la mirada severa de su madre, que les cambiaba el zumo por agua y la magdalena por fruta al enterarse de que pasaban el índice de masa corporal recomendado. Con una hora diaria de ejercicio bajo la supervisión de su entrenador de Chicago, y partidos regulares de baloncesto y golf, Obama se libra de todo eso. Su índice de musculatura está en 23.7, que es considerado normal, pero se enfrenta al problema del tabaco.

Momentos de estrés

Michelle aceptó acompañarle en la aventura presidencial a cambio de que dejase de fumar por completo, «porque a medida que aumente la presión vas a fumar más», le advirtió. Él lo intentó. De hecho «hubo un par de veces durante la campaña en que me pasé semanas sin fumar, pero luego no pude aguantarme y les pedí algún cigarrillo que otro a los compañeros. Así, una y otra vez, lo he venido dejando y volviendo», confesó a la revista 'Men's Health'. Su mujer decidió darle un periodo de gracia hasta que pasaran las elecciones, pero una vez convertido en presidente entraron en juego las reglas de la Casa Blanca, donde Bill Clinton impuso la prohibición del tabaco.

«No me he fumado ni un cigarrillo en este terreno», se apresuró a contestar el año pasado a la CNN, cuando le preguntaron si había logrado dejar el tabaco. Desde entonces todo el mundo se pregunta dónde se fuma el presidente esos pitillos ocasionales que se le atribuyen en momentos de estrés. El informe médico no despeja las dudas, sólo constata el uso de «una terapia de reemplazo de nicotina autoadministrada» y le recomienda «continuar con sus esfuerzos de dejar de fumar». Como con su dosis de ejercicio diario, la dieta sana, una ingesta moderada de alcohol, las revisiones dentales periódicas, la actualización de sus vacunas cuando toque, la modificación del régimen de ejercicio para fortalecer la musculatura de la femoral izquierda y una colonoscopia dentro de cinco años. Nada que no pueda seguir cualquier otro mortal.