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Su primera idea fue buscar a una chica para un trío

S. TUBIO
CÁDIZ.Actualizado:

En el juicio, Rafael A. G. no estuvo solo en el banquillo. Le acompañó la que fuera una pareja suya: Carmen P. C. Esta mujer tuvo un papel fundamental en la relación posterior entre el condenado y la fallecida, ya que fue quien los presentó.

La sentencia del Supremo recuerda cómo el procesado le propuso a Carmen P. C. que buscara a una chica para dar un giro a sus relaciones sexuales con la práctica de tríos. La también condenada, a quien le fijó la Audiencia una pena de cuatro años por un delito de abusos sexuales, le propuso que entraran en sus juegos sexuales la hija del matrimonio para el que trabajaba. Carmen llevaba más de dos años como asistenta doméstica en el domicilio del médico y sabía que la víctima presentaba una discapacidad mental. «Así las cosas la convenció para que accediera a la práctica del trío a lo que ésta no opuso objeción alguna dado que su enfermedad le producía una importante merma de su capacidad de autodeterminación en las relaciones sexuales».

Carmen P. C. fue la encargada de llevar a la víctima a la casa de su pareja. Los primeros escarceos entre los tres no terminaron en una relación consumada porque la chica discapacitada se puso nerviosa; lo que hizo que los dos condenados «decidieran interrumpir sus prácticas y continuar otro día con las mismas», relata la sentencia.

Hubo una segunda vez en la que sí concluyeron las relaciones sexuales. Pero esa experiencia no fue del agrado de Carmen P. C. quien se sintió desplazada. Aquí acababa su vinculación con unos hechos que le han costado una condena de cuatro años por aprovecharse de la víctima; una pena que ha sido ratificada.