21 días y los tres ejemplos de superación
Samanta Villar pasa tres semanas con Sonia y su hijo Marco, que padece la enfermedad de Duchenne, y nos acerca a la Ley de Dependencia
Actualizado: GuardarHoy llega a Cuatro (23.30 horas) una nueva entrega de '21 días.', producido por BocaBoca. En esta ocasión, bajo el título '21 días con personas dependientes', muestran cómo funciona realmente la Ley de Dependencia. Samanta Villar convive con Sonia y su hijo Marco, que padece la enfermedad de Duchenne. Ellos dos, junto a Marta, la pequeña, dan un ejemplo de amor, alegría y entrega. La periodista vive durante tres semanas las 24 horas de Sonia, que no sólo cuida de su hijo sino que, además, con un sueldo de mileurista paga la hipoteca y saca adelante sola a su familia en una lucha sin descanso.
Pero los responsables del programa no se han centrado sólo en Marco y su familia, han buscado también otros casos de dependencia cargados de ejemplos de superación y sacrificio. Siempre con una sonrisa, para intentar ofrecer una imagen lo más fidedigna posible de las diferentes problemáticas que ayudaría a aliviar, que no paliar, la Ley de Dependencia si funcionara correctamente. En todos los casos que se muestran en este capítulo las familias han solicitado algún tipo de ayuda, unas veces monetaria y otras asistencial, pero los trámites se demoran años y la ayuda nunca llega...
«Lección vital»
La meta de este '21 días...' no sólo es denunciar sino también informar. Para la periodista, hoy «mucha gente se va a dar cuenta de que tenemos que cambiar de actitud a la hora de relacionarnos con gente discapacitada y con sus cuidadores. Al mismo tiempo, las instituciones se tienen que dar cuenta de que las ayudas son necesarias y que se tienen que gestionar en los plazos que marca la ley, y no saltárselos a la torera como está pasando en algunas comunidades».
Samanta Villar tiene claro que el sacrificio de estas familias «es un gran ejercicio de amor. Los cuidadores están actuando por amor a esas personas al sacrificarse para que ellos puedan tener calidad de vida, hacer determinadas actividades o llevar un día a día lo más normalizado posible. Eso, al final, les provoca un sacrificio de su propia existencia que el resto de la sociedad debería paliar».
Estas familias nos dan auténticas lecciones, pero la mejor enseñanza que se lleva la periodista es la «actitud positiva con que ven la vida pese a todo. Cuando dicen: 'nos ha tocado vivir con esto, tenemos que asumir la situación y ser felices'. Y lo son. Es una lección vital. Pase lo que pase hay que sacar lo mejor, y esto para ellos es que se tienen los unos a los otros, se quieren y se hacen compañía».