Pedrito estuvo muy opaco en el medio del campo y fue sustituido en el descanso. :: CRISTÓBAL
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El fútbol es cosa de listos

El San Fernando echa en falta una cabeza fresca en la creación y cede un empate ante un serio filial xerecista

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Cada vez son menos los aficionados isleños que todavía tienen fe en dar caza al Conil y arrebatarle el liderato. Parece que ya en San Fernando se empiezan a poner los pies en la tierra. La segunda plaza es ahora el mejor consuelo y habrá que tener la cabeza muy fría para que no se escape de aquí a que concluya la temporada.

Jugar como mejor se sabe y con las ideas frescas será en adelante el mejor arma, pero las jornadas pasan y ya no se pueden realizar más concesiones. En los partidos como el de ayer en La Juventud, contra equipos de esos que saben tratar la pelota, es donde habrá que demostrar lo que se sabe y lo que se espera conseguir.

Es lo que le queda a un conjunto azulino, ayer vestido de blanco, que volvió a evidenciar una preocupante falta de criterio en buena parte del choque, como ya le pasara la semana anterior ante el Arcos, debido a un planteamiento desafortunado de un Sánchez Franzón que regaló el centro del campo en los primeros 45 minutos.

Sustituir a Raúl Silveira, encontrar la manera de que no se notara su ausencia, no era una tarea sencilla. El entrenador isleño optó por otorgarle ese rol a Chiqui Paz y confiar en Pedrito la función de hacer jugar al equipo, visto que Roberto Rodiel sólo estaba para unos minutos. A tenor de lo sucedido en esta primera mitad se equivocó de todas, todas el míster, pues ni Paz fue capaz de destruir el ingenio de los Adri Cuevas, Luisma o Kike, ni Pedrito consiguió dar un pase como Dios manda. Ya pasó la semana anterior cuando Juanje y Sergio Beato empezaron el choque desde el banquillo y el flanco izquierdo fue un paseo para los arcenses.

De un balón perdido por Pedrito en la zona de tres cuartos, precisamente, nació la jugada del gol de los jerezanos. El fútbol es cosa de listos, que se dice. Pues bien. Kike fue el más avispado cuando consiguió sacar las vergüenzas de la zaga cañaílla y regalar un pase de gol al gran verdugo de los isleños, Rosillo. El delantero del conjunto que entrena Alvarado demostró olfato y anticipación y, una vez más, dejó claro que la Primera Andaluza se le queda bastante pequeña.

Puso por delante a un gran Xerez B que, a diferencia de su contrincante, sí daba muestras de saber a lo que estaba jugando. Pero cuando ya se vaticinaba una segunda parte de sufrimiento apareció el ingenio -y la zurda- de Beato. Con un gran disparo ajustado al palo derecho de Toni enmendó parte del desaguisado.

El resto era tarea del entrenador. Natera (de jerezanos iba ayer la cosa) fue el mejor cartucho para Franzón. Como diría Guardiola, tal vez era sólo cosa de 'feeling', pero el caso es que el equipo tomó un cariz bien distinto tras la salida de vestuarios. Embotelló a los jerezanos durante 20 minutos y bien pudo haberse puesto por delante. Castillo recordó sus mejores tiempos en La Juventud y lo hizo todo para conseguir el segundo, pero no acertó a batir a Toni en el mano a mano cuando tenía a Puli desmarcado para empujarla. Fue la ocasión más clara en esos minutos, en los que los de Alvarado, por contra, no podían hacer más que esperar un buen contragolpe. Incluso, con el partido a punto de morir, Óscar también la tuvo en sus botas, pero ayer la cabeza no estaba despejada y el San Fernando no pudo más que alegrarse por el punto rescatado y por el empate entre Arcos y Pastores, que deja las cosas tal como estaban.