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El temblor afectó a autopistas cercanas a Santiago y provocó la caída de viaductos. :: REUTERS
MUNDO

El seísmo más poderoso aterra a Chile

Un brutal terremoto cincuenta veces más potente que el de Haití causa más de 200 muertosEl violento temblor, de 8,8 grados, sobrecoge de madrugada a los chilenos y destruye edificios y autopistas, sobre todo al sur del país

LIBIO PÉREZ
SANTIAGO DE CHILE.Actualizado:

Chile se despertó ayer aterrorizado. En plena madrugada, a las 3.34 hora local (7.34 en España), un terremoto de una violencia casi desconocida sobrecogió al país y sacó a miles de personas a la calle. Fueron apenas dos minutos y 50 segundos, pero la tremenda sacudida alcanzó los 8,8 grados en la escala de Richter, cincuenta veces más que en el reciente seísmo de Haití. Aunque el 80% de la población sintió el movimiento telúrico, el epicentro se registró en la región de Bío-Bío, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago. A falta de estimaciones más precisas, ya se han contabilizado 214 muertos y un centenar de heridos. Los daños, de momento, son más complicados de calcular, pero el terremoto destruyó edificios, puentes y autopistas a lo largo de 800 kilómetros.

La escalofriante liberación de energía terrestre que se registró en Chile fue cincuenta veces más poderosa que la que afectó a Haití el 12 de enero pasado, donde murieron unas 125.000 personas y 300.000 resultaron heridas. El terremoto de ayer sólo es comparable con el que sacudió el 22 de mayo de 1960 a Valdivia, al sur de Santiago, el mayor registrado en el planeta. En aquella ocasión, el seísmo alcanzó una magnitud de 9,6 grados en la escala de Richter. Alrededor de 3.000 personas perecieron y se contabilizaron más de dos millones de damnificados.

A aquel movimiento telúrico devastador le siguió un tsunami de 10 metros de altura que llegó hasta Fililipinas y Hawai, donde causó 61 muertos. Ayer, las consecuencias volvieron a repetirse. En la isla Robinson Crusoe permanecen desaparecidas tres personas después de que impactara una ola gigante de quince metros. Además, la Administración Nacional de Atmósfera y Océanos de EE UU emitió una alerta de tsunami para todo el Pacífico sur y alertó de posibles daños en Hawai.

La magnitud del terremoto hizo que el Gobierno de Michelle Bachelet declarara de inmediato zona catastrófica las regiones de Maule, Bío-Bío, O'Higgins, Araucanía, Valparaíso y Metropolitana, donde vive la mayor parte de la población chilena. Millares de personas salieron despavoridas a las calles cuando comenzó el movimiento de tierra, mientras que todas las grandes ciudades sufrieron de inmediato apagones -que se prolongaron durante varias horas-, se declararon incendios en Santiago y Concepción, caían puentes y pasarelas en las carreteras más importantes y se derrumbaban casas y edificios, muchos de los cuales de reciente construcción. El pánico se apoderó de la población, que sólo en las cuatro horas siguientes al terremoto percibió al menos 19 réplicas.

Búsqueda

Bachelet se trasladó en helicóptero a la zona más afectada para evaluar los daños, mientras millares de policías, bomberos y voluntarios escarbaban en las ruinas en busca de víctimas. En la región de Bío-Bío, donde se ubicó el epicentro, se informó de al menos 60 muertos. En Concepción, capital de la provincia, al menos dos edificios se desplomaron. Según el gobernador, alrededor de 60 personas podrían estar atrapadas en uno de los bloques de viviendas que suma catorce plantas.

El caos inicial que se vivió en Concepción fue aprovechado por algunos para saquear locales comerciales. La situación fue atajada rápidamente por la Policía y el Ejército, que comenzaron a patrullar las calles para evitar nuevos actos de pillaje.

La comunidad internacional se volcó de inmediato con Chile. Barack Obama compareció para ofrecer todo su apoyo al país sudamericano. «Tenemos nuestros recursos preparados», anunció.