Lista de espera en el sexo
Los locales de más renombre no pueden acoger a más chicas, que llegan a esperar hasta dos meses para entrar a trabajar Hay clubes de alterne de la provincia con el cartel de 'empleadas' completo
CÁDIZ.Actualizado:«Hola, soy una morenita de tus sueños, que sólo tú puedes tener en tu casa o en mi piso, para hacernos una fiesta en mi camita o en la tuya. Te espero solita, vemos una peli porno y...». Sugerente el mensaje que tiene colgado una brasileña en su web personal para atraer a clientes de la provincia de Cádiz. Es una de las muchas ofertas que circulan por Internet y que quedan al descubierto recurriendo a un simple experimento: introduzca las palabras prostitución y Cádiz y tendrá ante sí un abanico sin fin de propuestas.
Pero éste no es el único síntoma de un aumento de la mano de obra en el negocio del sexo -por utilizar una terminología más ajustada al mercado laboral-, hay clubes de alterne en la provincia con la nómina de prostitutas repleta y que tienen hasta lista de espera. Este fenómeno sorprendente, en cuanto a que es un ejercicio laboral despreciado socialmente, está estrechamente vinculado a una crisis económica que no deja títere con cabeza o sector que se libre de sus consecuencias.
A raíz de la 'operación Toscana', que ha provocado el cierre cautelar de seis prostíbulos de la familia Galán y el envío a prisión de parte de este clan familiar gaditano, uno de los argumentos que ha esgrimido la defensa de los implicados es que en sus hoteles se trataba tan bien a las mujeres que mercadean con su cuerpo, que había momentos en los que no podían acoger a más chicas porque tenían el cupo completo. Y ponían como ejemplo La Hacienda, en El Puerto.
Este periódico contrastó esta información por distintas vías para saber si formaba parte de una estrategia defensiva de cara al proceso que se le viene encima a los Galán o si se trata de una realidad que por referirse al mundo de la prostitución no había salido aún a flote.
La única asociación nacional que aglutina a los empresarios de los locales de alterne -Anela- también tiene constancia de esta situación en los establecimientos que están asociados. «Cuando un club tiene buena fama con el trato hacia las chicas y el tipo de cliente que tiene, la voz se corre entre ellas y al final todas quieren trabajar en los mismos sitios», asegura José Roca, portavoz de Anela.
Sin hueco
Pero para evitar opiniones interesadas, el siguiente paso fue acudir a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que tienen una línea constante de trabajo en los clubes, sometidos a una vigilancia estrecha para evitar abusos hacia las prostitutas. Tanto en la Policía como en la Guardia Civil tienen constancia de esas listas de espera en algunos de los clubes de la provincia y aportan nombres como el Oh'Puerto o el Don Tico, que ahora se llama Vaji 69, aunque es conocido por su anterior denominación. «Cuando no tienen hueco, van apuntando a las mujeres que llegan para avisarlas cuando se les queda una habitación libre», describe un agente de Policía que investiga redes de explotación sexual.
Estos establecimientos, que funcionan siempre en el filo de lo legal por estar vinculados a una actividad sin regulación como es la prostitución, tienen licencia de hoteles y las prostitutas constan como clientas del local. Cuando tienen todas las habitaciones cubiertas, no pueden acoger a más chicas; aunque en este caso, las listas de espera no se prolongan en exceso en el tiempo. La movilidad geográfica entre las prostitutas es una constante y a los dos meses a lo sumo quedan vacantes que enseguida se cubren. Esta fuerte demanda obedece a un simple regla aritmética: hay más mujeres dispuestas a hacer el trabajo que antes hacían un número inferior de prostitutas. Cuantificar en este tipo de actividad es una tarea muy complicada porque no existen censos oficiales. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) hizo en 2008 un estudio sobre la prostitución y a partir de un trabajo de campo compusieron un mapa que situaba a unas 3.105 chicas que ejercían el trabajo más antiguo en la provincia y tomaban como media unas quince chicas por local, a partir de las entrevistas y la investigación 'in situ' que realizaron.
La redada contra los Galán sacó a la luz hace escasos días que estaban trabajando en seis burdeles 150 mujeres, lo que hace una media mucho más alta en poco más de un año: 25 por hotel. La mayoría de ellas, después de rellenar un cuestionario para la Guardia Civil, regresaron al negocio y trabajan en otros establecimientos similares.
Cuando la Apdha difundió su informe advirtió que la cifra de prostitutas que habían contabilizado era orientativa porque en esa estadística no aparecen aquellas que ejercen en la calle o en casas particulares; una realidad soterrada a la que ningún organismo o institución llega.
Echando la vista atrás se confirma ese incremento. El Defensor del Pueglo Andaluz hizo público un informe en 2002 con datos de 1999 -nueve años antes que el estudio de Pro Derechos Humanos- en el que se afirmaba que había 1.725 mujeres ejerciendo en clubes de alterne gaditanos. Casi 1.500 chicas se han incorporado a una nómina en menos de una década.
Y en ese aumento, aseguran desde Anela, no sólo participan mujeres extranjeras. A los locales están tocando a la puerta, cada vez con mayor frecuencia, españolas apuradas en lo económico que buscan su salida particular a la crisis.