El Valencia sufre su pase a octavos

Con David Villa negado ante la portería contraria, incapaz de superar a un 'imbatible' portero belga que evitó una goleada mayor en Mestalla, Pablo Hernández se convirtió en la prórroga en el héroe del Valencia , para llevar al equipo 'che' a los octavos de final de la Liga Europa, en los que se enfrentará al Werder Bremen.

Brilló sobre todo el Valencia en la primera parte con una defensa de tres (Marchena, Albelda y Dealbert), reforzada moralmente por el tempranero gol de Mata y por el juego ofensivo de un equipo que desarboló a un Brujas que en todo ese periodo siempre estuvo a merced de los locales. La superioridad y el dominio de los 'che' fueron insistentes e insultantes en esa primera mitad en la que el Valencia jugó a un alto nivel y ya gozó de oportunidades más que suficientes, aunque Villa se estrelló en el momento de la verdad.

La actitud de ataque sin tregua entrañaba sus riesgos, pero el Valencia también estuvo notable en defensa y César, beneficiado para ser titular por el castigo de Emery a Moyá, apenas tuvo trabajo. Mejor le fue al guardameta extremeño cuando el técnico valencianista recuperó la defensa de cuatro y adelantó a Albelda al medio campo liderado por el incansable Banega. Entonces le tocó exhibirse al portentoso portero belga.

Al Valencia le había faltado 'punch' y, por si no había suficientes dificultades, Stijnen mejoró aún su rendimiento tras el descanso, cuando tras un breve respiro el Valencia volvió a la carga con un ataque relanzado por Joaquín, aunque todas las esperanzas de resolución se centraban en Villa. El portero del Brujas frustró un jugadón del asturiano y en menos de un minuto realizó otros dos paradones consecutivos a disparos de Mata y Pablo Hernández.

El Valencia empezó a quedar tocado. Se había entregado y no había conseguido más que un gol, y el Brujas se creció, aunque en ataque, por fortuna, también tenía el punto de mira muy desviado. La que hubiese sido injusta eliminación del Valencia la evitó César en dos ocasiones, la primera vez, tras un robo de balón de Perisic cuando a falta de 10 minutos los locales jugaban al filo de la navaja, y la segunda en el 87' tras un disparo de Sonck que olía a gol y a inesperada despedida 'che'. Y aún hubo tiempo para que en una última acción del tiempo reglamentario, Villa fallase en boca de gol y un defensa del Brujas estuviese a punto de marcar en propia puerta. No pudo haber más emoción hasta que Pablo Hernández decidió sentenciar en la prórroga.