Uno de los acusados admite que bajó porno infantil, pero no lo difundió
El segundo procesado alega ante la Audiencia que descargó los vídeos pedófilos por error y que no sabía que los compartía en el Emule
CÁDIZ. Actualizado: GuardarSe habían visto alguna vez en el trabajo, ya que casualmente estaban en la misma empresa, y ambos eran vecinos de Cádiz, pero aseguran que no se conocían de nada. Ayer, sin embargo, Francisco y Roberto Carlos se sentaron juntos en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial por un supuesto delito de descarga y difusión de pornografía infantil a través de internet. La Guardia Civil los incluyó en una macrooperación que partió de Barcelona y acabó con 17 detenidos de toda España, por descargar con el programa emule, vídeos y fotos con menores en escenas sexuales, a veces, especialmente vejatorias.
Roberto Carlos negó ante el tribunal de la sección tercera que bajase ese tipo de archivos voluntariamente. «Jamás», dijo. Mucho menos difundirlos, aunque en su ordenador se hallaron al menos 19 vídeos pedófilos y un centenar de imágenes, en las que aparecían incluso menores de trece años. Según el joven gaditano, los bajó por error al descargar de forma indiscriminada otro material pornográfico adulto: «Yo buscaba, seleccionaba todo y dejaba el ordenador encendido».
Francisco, por su parte, sí admitió que había buscado en la Red archivos de pornografía infantil, pero argumentó ante el tribunal que tan pronto como descargaba el material en el ordenador, lo copiaba en CD y DVD, evitando así que fuesen compartidos con otras personas por el programa emule. Este sistema informático permite a diversos usuarios intercambiar todo tipo de archivos de manera anónima, por lo que si una persona descarga un fichero, permite que otras personas tengan acceso a él en cualquier parte del mundo de manera simultánea.
La defensa de Roberto Carlos, sin embargo, alegó ante el tribunal que su cliente ignoraba este detalle, y por tanto «es justo» que se le conceda la absolución. El abogado de Francisco, en cambio, sólo pidió que se le impusiera una multa económica. La fiscal, por su parte, pide para cada uno de ellos una pena de seis años de prisión, por difundir pornografía.