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Economia

Toxo y Méndez amenazan a Zapatero con más protestas si no rectifica de inmediato

El presidente del Gobierno asume que tiene que escuchar a los sindicatos y subraya que su política no se basa en 'decretazos'

ELISA GARCÍA
MADRID.Actualizado:

El proyecto para retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años tiene que desaparecer. Y los sindicatos CC OO y UGT no pararán hasta conseguirlo. Sus líderes, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, cerraron ayer una de las primeras grandes manifestaciones contra la propuesta del Ejecutivo que, en contra de lo propio asegurado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a juicio de las dos centrales, vulnera el compromiso adquirido de que en esta legislatura no habrá recorte de los derechos sociales. Los secretarios generales de CC OO y UGT recorrieron el centro de Madrid acompañados por miles de manifestantes, aunque el número de asistentes se quedó bastante lejos de los 60.000 contabilizados por los organizadores de la protesta. Sí hubo más personas que en los últimos primero de mayo.

Toxo y Méndez fueron cautos en sus intervenciones y ninguno habló de subir el tono de las movilizaciones. Hubo grupos aislados que durante los discursos de los sindicalistas corearon las palabras «huelga, huelga, huelga general», sin ser secundados por el resto de los asistentes. Igualmente, asociaciones como Izquierda Anticapitalista o Corriente Roja defendieron protestas más contundentes.

Horas antes de las manifestaciones contra la reforma de las pensiones, Rodríguez Zapatero lanzó un mensaje a los sindicatos. En una rueda de prensa celebrada con el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, asumió escuchar las demandas de CC OO y UGT porque su Gobierno, dijo, defiende y actúa en sintonía con el diálogo. Y tiene desterrados los 'decretazos'. Prueba de ello, insistió, es que el programa del Ejecutivo es simplemente una propuesta a debatir. Resaltó que si el talante del Gabinete fuera otro habría salido adelante por una norma de aplicación directa. Matizó que la negociación está abierta «en un país fuerte y serio capaz de desarrollar un debate maduro».

Pero para los líderes de CC OO y UGT es preciso pasar de las palabras y las buenas intenciones a los hechos. Ambos ven en la propuesta del Gobierno una «amenaza» que urge retirar. «Vamos a defender con uñas y dientes los derechos laborales y sociales», advirtió Toxo, quien subrayó que los efectos de la crisis no los van a pagar las clases más desfavorecidas. Lamentó que el proyecto esté elaborado por «un Gobierno que se considera de izquierdas que durante mucho tiempo ha tenido a gala no tocar los derechos de los trabajadores». Pero, en el momento en que ha cambiado su postura, «aquí estamos, en la calle». Méndez reiteró que los dos sindicatos, «en unidad de acción», responderán adecuadamente a agresiones de este tipo, como es la intención del Gobierno de alargar la vida laboral. Y extendió sus críticas al PP porque además de carecer de un liderazgo claro no arrima el hombro para ayudar a salir de la crisis.

Alternativas

Los dos sindicalistas coincidieron en que hay alternativas distintas a las presentadas por el Ejecutivo. Toxo planteó la conveniencia de «mirar hacia el lado de los ingresos» para garantizar el sistema de Seguridad Social en las próximas décadas, y Méndez instó a la subida de impuestos «a quienes más ganan». Recriminó a Rodríguez Zapatero provocar con su proyecto «rechazo, incertidumbre y desolación entre la sociedad española». «Por ahí no pueden ir los derroteros y no se puede poner velas a la vez a Dios y al diablo». No obstante, se mostró esperanzado en que el espíritu democrático del presidente y su equipo «les permita aprender la lección y reconducir la situación». Concluyó su palabras con un rotundo 'no' a los 67 años.

En otro momento de su intervención, el responsable de CC OO explicó que no ha llegado el momento de la huelga general porque hasta ahora no ha habido anuncio de recortes. Aseveró que su organización y UGT tienen la madurez suficiente como para protestar cuando hace falta negociar y firmar acuerdos para que el empleo y los salarios de los trabajadores mejoren.