Reconducir la reforma
Lo prioritario es aproximar la edad real de jubilación, de 63 años, a la legal de 65
Actualizado:La comparecencia del ministro Corbacho ante la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo y la respuesta crítica a la que dio lugar por parte de los grupos parlamentarios, con excepción del socialista, sirvieron como fuente de argumentos de las movilizaciones convocadas para hoy por las centrales sindicales. El Gobierno debía someter al consenso comprometido en el Pacto de Toledo una propuesta de reforma, inmediata o futura, de la Seguridad Social y del sistema de pensiones. Pero el desarrollo de la sesión parlamentaria demostró que el golpe de efecto que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero pareció querer dar al regreso del encuentro de Davos ha acabado imposibilitando un debate sereno y ponderado sobre tan sensible cuestión. A pesar de que el ministro de Trabajo insistiera ayer en que la propuesta gubernamental no obedece a los requerimientos de la crisis, le sería imposible desmentir que la fecha elegida para su anuncio y los acentos puestos en su exposición pública respondieron a las demandas de los mercados hacia los que va dirigida la deuda pública española. A pesar de que el documento aprobado el pasado 29 de enero por el Consejo de Ministros forme parte de una reflexión de más largo alcance vinculada a la evolución demográfica y a los cambios sociales. Las contradicciones en las que el Gobierno ha incurrido desde entonces, tanto respecto al contenido de su propuesta como en cuanto a su intencionalidad, representan un mal comienzo para que en el seno del Pacto de Toledo pueda alcanzarse un acuerdo que devuelva a la ciudadanía la confianza sobre la viabilidad del sistema de pensiones a medio y largo plazo, impulsando en su momento las modificaciones que requiera. Aun manteniendo la posibilidad de retrasar la edad legal de jubilación, lo urgente es determinar de qué modo la media real actual de 63 años y 10 meses puede acercarse paulatinamente a los 65 años vigentes. Y de qué modo podría verse incentivada la prolongación de la vida profesional por encima de ese límite de manera voluntaria. En cualquier caso es primordial que el desarrollo de las manifestaciones de hoy se ciña al motivo que se ha esgrimido para convocarlas, y no se extienda como argumento de presión hacia el conjunto de las propuestas de reforma que España requiere poner en marcha en el ámbito socio-laboral.