El cadáver de un hombre cubierto de lodo es rescatado del interior de su vehículo. :: AFP
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Evacuaciones en Madeira por temor a los derrumbes

FUNCHAL. Actualizado: Guardar
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Madeira vive entre la resignación por la catástrofe sufrida y el temor a la aparición de nuevas víctimas. Las autoridades prosiguieron ayer con las evacuaciones por el riesgo de derrumbes tras las inundaciones del sábado, en las que murieron al menos 42 personas. La secretaria de Turismo y Transportes de la Administración regional del archipiélago portugués, Conceicao Estudante, confirmó que no han aparecido más cadáveres -aunque los equipos de emergencia los siguen buscando- y que hay cuatro personas oficialmente desaparecidas, 18 hospitalizadas y 250 desalojadas de sus viviendas. El Gobierno de Madeira no tiene intención de declarar el «estado de calamidad», aunque el central piensa solicitar a la UE ayuda económica para las víctimas.

La secretaria regional recomendó además a la población no beber agua de los grifos sin hervir porque no es potable tras las riadas que arrasaron Funchal, y reconoció que los servicios de ese suministro y de electricidad todavía no se han restaurado en toda la isla.

Mientras los equipos de rescate buscan aún posibles víctimas bajo el barro y en los estacionamientos inundados por las riadas, los bomberos tuvieron que evacuar a una treintena de personas en Ribeira Brava y a varias familias de Santa Cruz, cerca de Funchal, por el riesgo de derrumbe de los terrenos y el peligroso estado de algunas casas que quedaron suspendidas al borde de precipicios.