Uno de los sugerentes modelos de Sardá. / Reuters
Madrid Fashion Week

Intensidad de colores, formas geométricas y prendas cómodas en la quinta y penúltima jornada de Cibeles

Alma Aguilar, Andrés Sardá, Devota & Lomba, David Delfín, Javier Larraínzar, Sita Murt y TCN muestran sus propuestas para el otoño-invierno que viene

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Tras una jornada en la que las apuestas poco singulares no consiguieron levantar un ánimo enrarecido por la lluvia, Cibeles Madrid Fashion Week afronta su penúltima jornada con la presencia de los diseñadores Alma Aguilar, Andrés Sardá, Devota & Lomba, David Delfín, Javier Larraínzar, Sita Murt y TCN. Intensidad conceptual y de colores, formas geométricas y prendas cómodas pero delicadas para la temporada de otoño-invierno han protagonizado esta quinta y penúltima jornada.

La primera en mostrar sus propuestas ha sido Alma Aguilar, que llena de color el invierno. Utiliza prendas de mucho abrigo mezcladas con gasas y vestidos de costura, mezcla de texturas y movimientos de una exquisitez extrema. Tejidos como la lana tradicional en paños y alpacas, con texturas mas técnicas y brillantes. Estampados vintages de archivos originales italianos, con líneas de vanguardia mas 'casual', conviven con el lujo tradicional de la diseñadora, que de nuevo hace un guiño romántico a la sastrería mas tradicional de caballero, haciéndola mas femenina que nunca.

Líneas arquitectónicas

Tras el juego colorista de texturas de Aguilar, ha llegado el turno de Andrés Sardá, que propone un viaje imaginario a un mundo soñado donde juega con las proporciones y apreciaciones para confundir la realidad. El diseñador ha utilizado tres escenarios. Primero, las modelos vestidas en gamas de verde, nudo, maquillaje, topo, arena se confunden con el escenario. Después ha seguido con una merienda surrealista, muy dandy, jugando al masculino/femenino con aire retro, para terminar el desfile con la noche, donde el negro, cayena y nácar son sus colores.

Le ha seguido en la pasarela la colección del presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME), Modesto Lomba, que ha tenido como espectadora de excepción a la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde -que no ha podido viajar a Ceuta al Pleno de la Conferencia Sectorial de Cultura debido al mal tiempo- sigue apostando por las formas geométricas. El cuello chimenea marca toda la colección, en la que el universo Debota & Lomba se define, una vez más, con líneas arquitectónicas confeccionadas a base de pliegues cosidos por un único punto.

Un "obsesivo" David Delfín

Un David Delfín intenso ha iniciado los desfiles de la tarde con su colección "más obsesiva". Relacionada con el deseo y la tentación, su apuesta busca la psicología más profunda de fuertes colores: negro, blanco, gris, fucsia y amarillo mostaza. Concede protagonismo a estampados tipo "baldosas hidráulicas", serpiente y gales, pero el aspecto es "súper clásico", incluso austero en ocasiones: faldas largas, cuellos abotonados, jerséis y chaquetas de limpios cortes. Zapatos de Louboutin negros con hebillas. El desfile de Delfín, que abría su musa Bimba Bosé, ha terminado con una fuerte ovación del público, entre el que se encontraba de nuevo la ministra de Cultura, y también Alaska, Beatriz de Orleans o Bibiana Fernández.

Viva el volante, debió pensar Javier Larraínzar al gestar su colección, en la que los grandes complementos tienen un elevado protagonismo. Faldas cortas y pantalones de talle alto en seda y crepés de lana para un estilo urbano monopolizado por el rosa palo y el marrón. Estafetas de seda pintadas a mano y prendas brillantes en tonos magentas, lilas y metálicos. Para la noche, vaporosos vestidos de gasa en estampados tierras y otros negros más ceñidos con pedrería. Larraínzar ha reservado para el final un traje de novia de falda voluminosa y cuerpo transparente decorado con cristales.

Comodidad y delicadeza

Frente a la densidad de Larraínzar, Sita Murt busca la comodidad y la belleza a través de prendas inspiradas en el espíritu inconformista y libre de la escritora Virginia Wolf. Marca la cintura, aplica geometría a las prendas y dimensiona los hombros con colores rescatados del armario masculino de principios del siglo XX (gris, negro y azul) y añade un poco de curry para dar luz. Con terciopelo gris de seda natural cortado a mano crea chaquetas y vestidos sofisticados y con lanas, tejido estrella, hace boleros, vestidos y abrigos que dejan al aire la espalda o la maquillan con filigranas de tricot. La diseñadora recurre a crepés de seda, plumeti, piel reciclada "vintage" y a tejidos de brillos metálicos para dar un punto de extravagancia a su colección.

Totón Comella, alma de TCN, se ha propuesto resaltar la delicadeza en detrimento de la ostentación, "romper el lujo" combinando mates y brillos, puntillas y telas más rudas. Así, los tejidos sedosos aparecen junto a algodones y felpas, faldas de tweed se combinan con corsés de satén y la ropa interior juega con encaje y goma. Grises, blanco, maquillaje, negro y estampado vichy llenan prendas estrechas de cintura alta y volúmenes simples. Su colección, informal y hecha para una mujer que "tiene que coger la mochila y salir corriendo" en su día a día, cierra la quinta jornada de Cibeles al ritmo de música pinchada por el piloto de Fórmula 1 Jaime Alguersuari.