«La vocación crece con el tiempo y la medicina necesita experiencia»

El doctor Benítez ya tiene edad de decir que se levanta temprano por costumbre. Hace ya tiempo que el sistema le obligó a dejar su puesto de jefe de área del Hospital Puerta del Mar, una relación que duró más de treinta años. Pero ese nunca fue un motivo para colgar la bata. Ahora atiende desde su consulta privada en la Avenida.

Cursos de formación del Colegio de Médicos, investigación y el trato diario con el paciente. La agenda del facultativo no dista demasiado de la de sus alumnos. ¿La edad para el retiro? «Cuando el cuerpo lo vaya pidiendo». «Tanto en la investigación como en el diagnóstico, la experiencia es fundamental y la vocación no deja de crecer», argumenta Ángel Benítez. Aún recuerda los primeros años de la residencia cuando la especialidad de Cardiología era un tipo de atención más del servicio de Medicina Interna. «Llegamos con muchas ganas y queríamos traernos todas las técnicas posibles. Ángel pasaba el mes de vacaciones de congreso en congreso aprendiendo terapias que luego aplicaría en Cádiz. «Así pusimos en marcha la laparoscopia o la diálisis peritoneal».

Lo único que le tentó a dejar la medicina fue el teatro, para sorpresa de quien le entrevista. Cuenta que comenzó en la facultad con un grupo como director y que incluso viajó a Madrid para probar suerte, pero la ciencia tiró más que el arte.

Sin perder la sonrisa, el doctor Benítez despide la visita: «Si tuviera una pastelería le diría que aquí tiene su casa, pero no me atrevo a hacerle el ofrecimiento porque esto es una consulta de Cardiología».