Madeira, arrasada por el agua

Llueve sin parar desde anoche y el agua cubre las ramblas de la turística isla portuguesa de Madeira. Y eso que en las últimas horas la intensidad de la lluvia ha remitido. Al menos 31 personas han muerto, la mayor parte arrastradas por el agua y el lodo y por los derrumbes. Además hay varios desaparecidos y se han contabilizado 65 heridos, dos en estado grave. Unas noticias que han dejado "consternado" a José Sócrates, el primer ministro luso.

El panorama en las dos islas habitadas de las 5 que componen el archipiélago es desolador. En Funchal, la capital de la región autónoma de Portugal en el Atlántico, hay pueblos aislados, carreteras cortadas y grandes riadas que se han llevado puentes, árboles y decenas de vehículos. Las calles se han convertido en auténticos ríos desbocados.

Los servicios de rescate, bomberos y equipos de Protección Civil no dan abasto. Las zonas bajas de la ciudad y dos centros comerciales han sido evacuados y se han sucedido los momentos de pánico. Las autoridades han pedido a la población que no salga de casa y que use el teléfono sólo para casos de emergencia. A todo esto se suman las rachas de viento de hasta cien kilómetros por hora, que han obligado a desviar el tráfico aéreo a Canarias. Se mantiene la alerta máxima tanto en tierra como en las zonas costeras donde el oleaje supera los 4 metros.

El archipiélago se encuentra en estos momentos aislado. Las autoridades preparan refugios para los evacuados en lo que ya son las peores inundaciones de Madeira. En las de 1993 murieron 8 personas.