De la Vega siente «pena» por Aznar y Rajoy defiende al ex presidente

La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó ayer que el Gobierno siente «pena» por las declaraciones realizadas por José María Aznar el jueves en un acto público en la Universidad de Oviedo contra José Luis Rodríguez Zapatero. Calificó también de «falta de respeto» el gesto despectivo con el dedo corazón que Aznar dedicó al grupo de jóvenes que trataron de sabotear su conferencia, aunque de igual forma criticó los insultos de los jóvenes.

El ex presidente del Gobierno bautizó a su sucesor como «el jefe de los pirómanos» que han liquidado la economía española y dijo que, por tanto, no puede ser «el capitán de los bomberos», en referencia a las negociaciones entre los partidos y el Ejecutivo para pactar reformas que saquen al país de la crisis.

De la Vega consideró que se trata de palabras «poco razonables» para quien una vez gobernó este país, que «no merecerían comentario alguno» salvo porque con «su desmesura y estrambote pueden dañar la imagen de España y poner en cuestión la capacidad de recuperación de nuestro país». De todas formas, concluyó resignada, Aznar «acostumbra a utilizar expresiones tan grandilocuentes como faltas de contenido».

Mucho menos comedidos que De la Vega fueron en el PSOE. La secretaria de Relaciones Internacionales, Elena Valenciano, dedicó a Aznar una retahíla pocas veces escuchada y aseguró que se nota que tiene «mucho rencor acumulado», que es «autoritario, deslenguado y resentido» y que sus palabras rezuman «el odio del perdedor». Destacó que ha iniciado «un estilo desconocido en Europa, donde los presidentes conservan respeto institucional» a sus antecesores.

El diputado socialista Álvaro Cuesta bromeó con que ahora se explican «algunas de las carencias» de Mariano Rajoy porque fue designado por Aznar con el mismo y polémico dedo con que respondió a los estudiantes de Oviedo; mientras el portavoz de Iniciativa per Catalunya en el Congreso, Joan Herrera, indicó que con su «arrogancia y prepotencia» se ha igualado a otros dirigentes como el italiano Silvio Berlusconi.

El PP, ante la dura respuesta socialista, salió ayer en defensa de su ex jefe de filas, aunque Mariano Rajoy quiso rebajar el asunto calificándolo de «anécdota». Eso sí, recalcó que a José María Aznar le se recordará por «su buena gestión» al frente del Gobierno de España, y no por un gesto despectivo. Los dirigentes del PP pusieron el punto de mira en la vicepresidenta primera. Consideraron que el Gobierno se ha puesto «al lado de los violentos» al no condenar la agresión «intolerable e intolerante» que padeció Aznar en Oviedo. Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del PP, calificó de «sorprendente» la actitud de De la Vega y achacó su conducta a la situación que atraviesa la 'número dos' del Ejecutivo que, a su juicio, «ha pasado de ser la estrella del Gobierno a la encargada de los trabajos que no quiere nadie».

La responsable de Organización popular, Ana Mato, resaltó el respeto y la admiración que los militantes del PP siempre brindarán a Aznar. «Parece mentira -dijo- que algunos que se llaman progres sean tan intolerantes que intenten impedir que el mejor presidente de la democracia se exprese en libertad».