Moiso poco pudo hacer ante el campeón. :: EFE
Deportes/Baloncesto

San Emeterio, sin piedad

El alero del Caja Laboral sepultó las ilusiones del anfitrión, que sólo tuvo opciones sin el cántabro en pista

BILBAO. Actualizado: Guardar
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No hubo ni sorpresa ni emoción en el derbi vasco. El Baskonia arrolló al Bizkaia de la mano de Fernando San Emeterio, y sin necesidad del lesionado Tiago Splitter. El alero del Caja Laboral se encargó de sepultar las ilusiones del anfitrión, que soñaba con unos cuartos igualados y sucumbió ante el campeón que ha disputado tres de las últimas finales de Copa. En un escenario que parecía situado, no en Bilbao, sino en Vitoria, con una marea roja de casi 5.000 aficionados, el defensor del título no dio ninguna opción al pobre Bilbao. Sólo cuando no estuvo San Emeterio en pista se acercó a sólo tres puntos al final del segundo cuarto. Todo lo demás fue una exhibición del Caja Laboral y del alero cántabro, que ahora mismo está para ir con la selección al Mundial de Turquía.

San Emeterio, que escuchó hasta en cuatro ocasiones los gritos de «¡MVP!, ¡MVP!» de una afición que dobló a la de casa, llevaba al final del tercer periodo 21 puntos frente a los 38 del rival. Una barbaridad. Cuando se marchó a falta de menos de un minuto para el final, el Bizkaia Arena le despidió, con todo merecimiento, puesto en pie. Sólo se quedó en blanco cuando Dusko Ivanovic prescindió de él y la relajación del Caja Laboral permitió a su rival meterse en el encuentro. Aunque realmente no hubo partido. El Baskonia temía que la baja de Splitter, su principal referencia ofensiva, pudiese complicar el pase, pero San Emeterio se encargó de que nadie se acordase del pívot. El Bizkaia fue un juguete en manos de un equipo sin piedad que ha reforzado su condición de favorito al título de la mano de un alero inmenso.

El Caja Laboral fue una apisonadora para un Bilbao en el que sólo respondió en ataque Marko Banic. Hervelle decepcionó al igual que Mumbrú.