Brillo, sofisticación y elegancia en el ecuador de Cibeles
Amaya Arzuaga reina en la pasarela con una colección inspirada en el patronaje en puzzle
MADRID Actualizado: GuardarHannibal Laguna y Juanjo Oliva han sabido dar brillo, elegancia y su tradicional buen hacer al ecuador de Cibeles Madrid Fashion Week, en una mañana en la que Amaya Arzuaga y Duyos han aportado amplios volúmenes y superposición de tejidos, respectivamente, mientras que, por la tarde, las lentejuelas, los tejidos brillantes y una gama de oscuros colores de Roberta Torretta, Palacio y compañía han desfilado con fuerza sobre las pasarelas.
La maestría y el esgrima, la combinación de Oliva
Juanjo Oliva ha abierto la pasarela con propuestas para el próximo otoño-invierno en las que pone "en guardia" a la mujer, con una colección -'En Garde'- inspirada en el deporte de la esgrima. Con ese espíritu, el madrileño, que tuvo como invitadas de honor a la vicepresidenta económica, Elena Salgado -incondicional de sus desfiles- y a la esposa y la hija del presidente del Congreso, José Bono, logra un efecto futurista, tanto por los materiales como por los acabados.
Partiendo del negro, Oliva enfunda a la mujer en ceñidos vestidos y pantalones llenos de pliegues que recuerdan a la hípica, efecto que refuerza con largos flecos en los puños, para pasar después a las faldas de extraordinario vuelo. Con una sobria paleta de colores que no pasa del negro, verde botella y el teja, el creador va despojando a las prendas de estructura para llegar, con tejidos suaves y ligeros, a una línea de vaporosos vestidos de fiesta que combina con sensuales encajes negros.
Los contrastes de Duyos
Al ritmo de la música de Russian Red han salido a desfilar las modelos para Duyos, quien apuesta la próxima temporada por exquisitos tejidos naturales como las sedas, muselinas y organzas, combinados con otros de más cuerpo como el paño cachemir o la lana fría satinada.
Juan Duyos se decanta por el contraste de colores y de materiales y la superposición de distintos tejidos, todos ellos conjuntados con vistosos tocados en forma de casquetes cilíndricos. Los drapeados y los plisados se abren paso en la nueva colección del diseñador, quien juega a combinar colores como el rojo inglés, aguamarina, oro o fresa con los magenta, berenjena y champagne.
La adicción al glamour de Hannibal Laguna
"Suntuosa, brillante, enigmática", así quiere vestir Hannibal Laguna a la mujer de hoy con 'Granviaswing' -en homenaje al centenario de la Gran Vía madrileña- una colección tan elegante y sofisticada como siempre, con intensos juegos de contrastes y volúmenes. En sus vestidos, el venezolano pronuncia la cintura, juega con seductores escotes y hace cortes al bies que logran una escultural silueta lápiz, con amplios elementos arquitectónicos y acabados minerales.
Los brillos los consigue al tramar los tejidos con filamentos metálicos, mientras que para los perfiles ajustados utiliza las lanas cálidas, los terciopelos y sinuosos rasos de seda con negros absolutos, distintos oros y unos espectaculares y aplaudidos berenjena. Tan exquisita materia prima da como resultado delicados vestidos joya de barnices luminosos, logrados a base de esmaltes y cristales tallados, auténticas piezas únicas del diseño textil. Espectacular desfile el del venezolano, que tuvo como público de excepción a numerosas caras del mundo del espectáculo.
La visión arquitectónica de Arzuaga
Para Amaya Arzuaga, volver a la esencia de los materiales y las formas era una de sus prioridades en esta colección, conformada a base de puzzles y patrones que encajan unos con otros. La diseñadora utiliza las estructuras de hilos en sus vestidos de fibra y los volúmenes constructivos en sus vestidos nube, como un espectacular negro que supone casi el único largo de la colección.
La piel, la lana, la seda de metal y las lentejuelas bicolores son sus materiales base, con sobriedad de colores en los que abunda el negro, el naranja fuerte y el azul cobalto. Como complemento de contraste Arzuaga introduce un vertiginoso tacón tornillo, "nada incómodo" -dice- debido a su elevada plataforma, aunque las modelos tienen la última palabra.
Minimalismo y aires militares para Torretta
Roberto Torretta ha presentado a una mujer dura pero seductora, algo militar, inspirada en los años 40 y con toques de "Blade Runner". Dobles botonaduras, abrigos estructurados, hombros más anchos, rodilleras y cinturones sobre abrigos, pantalones y vestidos.
El cuero es esencial en la colección del argentino, no sólo para los complementos, sino para pantalones pitillos, camisas y vestidos drapeados. Los tejidos (jersey, satén, lana, astracán, algodón, terciopelo pieles) describen líneas ceñidas que marcan la cintura de una mujer esbelta, sofisticada y femenina que utiliza cortas chaquetas.
Especial relevancia tienen largos trajes negros tan pegados que parecen una segunda piel y otros con siluetas más masculinas pero con el brillo de las lentejuelas. El negro es predominante, aunque hubo pinceladas caqui, óxido naranja, dorados y rosa palo.
Un Alvarado 'galáctico'
En otras coordenadas se mueve Antonio Alvarado, cuya colección 'Cul de sac' es militar y galáctica: rompe simetrías, crea volúmenes imposibles y pronuncia los hombros con vestidos que parecen una coraza protectora de un mundo, al parecer, hostil.
Con una "amalgama de colores totalmente sombría y triste" -beige, marrón, verde, teja-, Alvarado hace prendas que no constriñen y entre las que el abrigo y el vestido corto son esenciales, al igual que las botas y las gafas de sol. Para el hombre, propuestas menos estrafalarias -de no ser por las minifaldas-: pitillos, pantalones "harlem" y chaquetas.
Mix de colores y plumas
Ángel Schlesser Ángel Schlesser recupera prendas de inspiración masculina en los tejidos y los cortes, pero combinadas con otras tremendamente femeninas. El contraste cobra fuerza en una colección poblada por líneas militares y mucho pantalón pitillo, abrigos de corte cuadrado de fieltro con charol o pelo de cabra.
El minimalismo se combina con aplicaciones, piel o plumas, y se encuentran delicadas gasas y crepes de seda junto a prendas más duras. Los colores son neutros: beige, azul marino, negro y caqui con licencias para el rojo y el rosa chicle. Para la noche, Schlesser opta por vestidos cortos y cercanos al cuerpo y otros largos cortados al bies y con sabor años 30.
El urbanismo de Palacio
Para cerrar la jornada, Miguel Palacio gira en torno a un look cóctel muy urbano que da gran importancia a la espalda, con prendas que recaen en la cadera y recogen la silueta en los hombros para conseguir una figura más estrecha.
El diseñador ha creado contornos sueltos y desenfadados aprovechando la caída y el volumen de los tejidos. Los colores son oscuros, pero vivos complementos, pailletes y strass rompen la seriedad en intensos azules y verdes.
Las concesiones coloristas de la colección, que ha incluido joyas diseñadas por Laura Ponte, vienen encarnadas en el estampado arlequín y la seda rosa porcelana. El drapeado ha sido la tónica en pantalones, vestidos y faldas, mientras que las camisas y las chaquetas presentan líneas puras. Para ponchos, abrigos y capas de corte clásico, piel y lana.