Los agricultores alertan ya de que los daños serán irreparables y aún esperan más agua
Actualizado:Desmoralizados e impotentes. Así se sentían ayer los representantes de las principales organizaciones agrarias de la provincia, Asaja y COAG, por la nueva tromba de lluvia que descargó la noche del jueves. La lengua de agua ya ha asolado buena parte de la Campiña de Jerez y se extenderá aún más provocando nuevos y graves daños.
Desde Asaja Cádiz el mensaje no podía ser más desolador: «Si algún cultivo se salvó de las inundaciones de diciembre, ahora no habrá tenido tanta suerte», apuntaban ayer. Es decir, que a estas alturas y después de casi tres meses continuos de lluvias, «no hay muchas esperanzas de que alguna cosecha de las que estaban plantadas pueda salir adelante».
Una valoración muy similar realizaban ayer desde la organización COAG Cádiz que, como su homóloga, ya ha tenido que guardar en los cajones su primer informe de daños y ahora está a la espera de que el agua remita de las explotaciones para volver a mandar el segundo.
Así, si las hortícolas, el cereal, el olivar o los cítricos habían salido mal parados por el temporal de hace más de dos meses, ahora también van a quedar tocados los herbáceos y la remolacha, uno de los cultivos tradicionales de esta provincia y del que unas 1.500 hectáreas podrían haber quedado afectadas.
Eso sin olvidar que mientras que el agua del desbordamiento del Guadalete siga inundando los campos «los agricultores tampoco podrán entrar en las fincas para preparar las tierras para sembrar el maíz, el algodón o el girasol», añadía el secretario general de COAG Cádiz, Miguel Pérez.
En el caso concreto de las nuevas inundaciones, sobre todo las más violentas que se produjeron desde la madrugada de ayer, las organizaciones profesionales lamentaron los daños que también ha sufrido el sector ganadero de la provincia al quedar aislado.