Las pocas cosechas que habían quedado tras las inundaciones de diciembre, o las que se habían replantado, están de nuevo bajo el agua en la Campiña de Jerez. :: CRISTÓBAL
Jerez

La lluvia se ceba con el campo

El nuevo temporal destroza lo poco que se pudo salvar tras las inundaciones de diciembreAsaja insiste en criticar los desembalses «irresponsables», mientras que Medio Ambiente defiende que son necesarios

JEREZ. Actualizado: Guardar
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A veces sólo es una frase hecha, pero en otras ocasiones lo de que llueve sobre mojado se convierte en una tragedia que deja pocas vías de solución y que en el caso concreto de la provincia de Cádiz ha destrozado a muchos agricultores que ya sufrieron un buen varapalo con las inundaciones de diciembre y que ahora han vuelto a sentir el mazazo de los elementos.

La imagen de la Campiña de Jerez anegada ha vuelto hacerse presente apenas unas semanas después de que el agua que se desbordó del río Guadalete se hubiera retirado dejando tras de sí daños que la organización agraria Asaja Cádiz cifró en unos 59 millones de euros. No en vano, la comarca de Jerez había sido la más afectada por el temporal y concentraba un 52% del total de destrozos registrado en toda la provincia.

La propia Administración autonómica había hecho su propio balance y había cuantificado que el número de hectáreas afectadas en la provincia por la lluvia era de 10.500. Ahora, por desgracia, serán muchas más tras el nuevo desbordamiento del Guadalete que ha vuelto golpear a la agricultura pudriendo lo que poco que había quedado en pie.

A agricultores como José Gálvez, que tiene una finca de 150 hectáreas en la zona entre Las Pachecas y La Ina, sólo les queda desesperarse. «Lo perdí todo hace menos de dos meses, y ahora todo vuelve a estar bajo el agua», recalcaba ayer este empresario del campo que calcula que durante las anteriores inundaciones perdió el 80% de su cultivo de hortícolas, y que ya aventura que al menos la mitad de lo que le quedó «se va a pudrir ahora». Y eso que una vez que se secó la tierra no llegó a plantar patatas, como tenía pensado para aprovechar la superficie. «Hubiera sido otro gasto más para nada», apunta.

Gálvez lleva seis años trabajando esta explotación y no acepta argumentos como el de que la zona es inundable. «En esta vega cultivamos las plantas más caras porque es la de mejor calidad, pero no se puede consentir que en un par de meses la tierra se anegue dos veces porque esto va a llevarnos a la ruina», se queja.

En su caso no se trata de una exageración, ya que este agricultor cifra en unos 600.000 euros (100 millones de las antiguas pesetas) sus pérdidas por las inundaciones. «No me ha quedado nada», remacha antes de añadir que no sólo se refiere a las zanahorias y chirivías que vendía luego a la industria, sino también a las cuotas de mercado y la clientela que tenía en países como Reino Unido y Alemania y cuyos contratos no va a poder cumplir porque no tiene producción suficiente que entregarles.

Eso sin contar con que estos cultivos, por los que no recibe ni un céntimo de subvención, precisan de mucha mano de obra porque «todo se recolecta manualmente». Gálvez calcula que por cada una de sus 150 hectáreas suele contratar unos 100 jornales que «este año se han ido al garete». «No soy la General Motors, pero sin duda doy más sueldos que la fábrica de botellas», destaca mientras muestra su impotencia por la situación en la que se ha quedado «sin que los seguros cubran los daños, sin que los bancos quieran dar créditos y con el trabajo de toda una vida perdido».

A todo esto hay que sumar, además, los destrozos que ha sufrido en infraestructuras de caminos y de riego en su explotación, muchas de las cuales ya habían sido reparadas por la Consejería de Agricultura, que hace semanas comenzó a ejecutar reparaciones urgentes en toda la provincia que ahora han vuelto a quedar bajo el agua y en las se han gastado unos 250.000 euros.

Ante esta situación, este agricultor se quejaba de la política de gestión del agua de la Agencia Andaluza del Agua y llegaba a afirmar que «estos daños no son por la lluvia, sino por la mala acción de la mano del hombre».

En términos parecidos se pronunciaban ayer desde la organización agraria Asaja Cádiz, cuyos técnicos han vuelto a salir al campo estos días para recopilar balances de daños, y que llegó a calificar de «irresponsables» los desembalses decretados por la Agencia Andaluza. «Parece que esperan a que llueva para soltar agua de los pantanos», apuntaron desde la patronal agraria, que recriminó que «no hay derecho a que se vuelva a vivir la misma situación y todo vuelva a estar inundado». Desde Asaja se preguntan que se ha hecho mal para que esto haya vuelto a ocurrir, y lamentaron la falta de explicaciones por parte de la Administración.