Nuevo disparo en el pie

Manejaba el Atlético la situación ante el Galatasaray de Rijkaard, líder de la Liga turca pero mermado por bajas tan importantes como las de Kewell y Baros, pero el panorama cambió cuando De Gea se marchó lesionado y entró Asenjo, un manojo de nervios que trasladó su inquietud a sus compañeros y a la grada.

Faltaban apenas veinte minutos para el final pero a todos les entró el tembleque en cada balón cruzado o bombeado. Hasta que el checo Ujfalusi se olvidó de cerrar y el ex portero del Valladolid, fichaje estrella de los rojiblancos, regaló su palo a Keita en el empate. La grada recibió a Asenjo coreando su nombre pero luego le abucheó. Máxima dificultad para un portero joven que vive un calvario desde su suplencia. Se convirtió en protagonista de un choque que había disfrutado del golazo de falta de Reyes, cada día más recuperado para la causa, y en las postrimerías conoció el debut de Salvio.

Quique sabe que las rotaciones son necesarias pero también que el Atlético languidece sin sus jugadores franquicia y que tampoco era cuestión de tirar de mala manera la Copa de la UEFA. Por eso mantuvo a Forlán y al 'Kun' en punta y sólo realizó dos cambios con respecto al choque ante el Barça. El obligado de Raúl García por Tiago, no inscrito porque ya jugó en Europa con la Juventus, y el de Valera por Antonio López en la zaga. Una variante que envió a Ujfalusi al lateral izquierdo, todo un riesgo como luego se demostraría. Sin hacer un buen fútbol, ya que sin Tiago no hay quien construya y marque los tiempos en la zona de creación, el Atlético sí controlaba. Estuvo mejor que los turcos en el período inicial y tuvo la suerte de acertar a la primera, por obra y gracia de Reyes.

En la reanudación, los madrileños se preocuparon más de no encajar que de aumentar la renta y lo pagaron caro. Lo dejó patente Quique al retirar a un agotado Forlán para reforzar el centro del campo con Jurado. Sustitución lógica pero protestada desde la grada. Ahora, le tocará sufrir en el caliente Ali Sami Yen.