Sociedad

Un clima muycaliente

Al Gore ataca de nuevo. Vuelve a alertar sobre el cambio climático pese al pronóstico erróneo que anunciaba el deshielo del Himalaya para 2035

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Aquella tarde, cuando oyó el parte meteorológico, el senador de Oklahoma James M. Inhofe se frotó las manos. El hombre del tiempo anunciaba la enésima ola de frío sobre Washington y el senador se sentó a esperar la nevada con una sonrisa de pícaro. Un día después, el 10 de febrero, la capital americana amanecía efectivamente enterrada en nieve y la animosa familia del senador Inhofe desafiaba el temporal para subir a Capitol Hill, el principal barrio residencial de Washington, y construir un iglú de casi dos metros. En la cima colocaron un cartel que decía: «La nueva casa de Al Gore».

El senador Inhofe, republicano, lidera en Estados Unidos la tropa de los negacionistas del cambio climático y lleva dos meses sacando pecho. Cuando parecía extenderse un consenso universal sobre el peligro de seguir arrojando CO2 a la atmósfera, varios sucesos encadenados han regalado munición de alto calibre a los escépticos: el error del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, que se equivocó al pronosticar para el año 2035 el deshielo de los glaciares del Himalaya; el escándalo de los correos electrónicos, que comprometía la honradez de algunos científicos del Panel; y, finalmente, un invierno riguroso, con un desplome general de las temperaturas y una sucesión de nevadas imponentes. Con estas tres balas en la cartuchera, el senador Inhofe y sus guerrilleros están disparando contra los dos principales iconos de la lucha contra el cambio climático, ambos galardonados con el Premio Nobel: el ex vicepresidente de EE UU Al Gore y el indio Rajendra Pachauri, líder del Panel de Expertos.

Pero ellos, aunque han acusado el golpe, se resisten a aceptar el papel de víctimas y vuelven al campo de batalla. Pachauri reconoce el error del Panel en el asunto del Himalaya, pero defiende la validez global del informe redactado por la institución que preside. Y Al Gore ha pasado al ataque: hoy se publica en España su nuevo libro, 'Nuestra elección', en el que acusa a las empresas contaminantes (petroleras, eléctricas y carboneras) de gastarse enormes sumas de dinero para financiar la propaganda de los negacionistas. Gore denuncia una «campaña de confusión», basada en artículos periodísticos poco serios y en supuestas investigaciones científicas que pretenden «reposicionar el calentamiento global como teoría en lugar de como hecho».

Cada vez más escépticos

Dos meses después del fracaso de la cumbre de Copenhague, el mensaje de los escépticos va calando en la sociedad como una lluvia fina e insistente. Según una encuesta de la BBC, uno de cada cuatro británicos no cree que el cambio climático sea un problema y tampoco los americanos parecen muy desesperados por el asunto: sólo el 36% achaca la subida general de temperaturas a la acción humana. Pese a las denuncias de Gore, algunas actitudes del propio Panel de Expertos sobre el Cambio Climático han minado la confianza de los ciudadanos: primero, el error sobre el Himalaya; y después, el escándalo de los correos electrónicos. Un pirata informático -no se sabe quién ni por qué- interceptó y luego publicó los mensajes cruzados desde hace más de 10 años entre Phil Jones, climatólogo de la Universidad de East Anglia (Inglaterra), y otros investigadores, como el chino-americano Wei Chyung-Wang, de la Universidad de Albany (Estados Unidos). En uno de ellos, Jones invita a utilizar «un truco» para «esconder la disminución» en una secuencia de temperaturas y algún otro correo plantea dudas adicionales sobre la fiabilidad de la toma de datos en las estaciones meteorológicas chinas.

El Panel de Expertos se ha visto obligado a emitir un comunicado en el que mantiene la vigencia de sus conclusiones. «El informe sigue siendo correcto. Salvo el error del Himalaya, que se ha colado en un informe de 3.000 páginas, todo lo demás está suficientemente contrastado», asegura José Manuel Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha y vicepresidente del Grupo II del Panel. Como Al Gore, sospecha que «hay algo más detrás de esta batalla de los escépticos» y defiende la exactitud de los datos de China: «Les acusan de que no se han hecho los estudios adecuadamente, pero todos ellos se han publicado en revistas del máximo prestigio y no han sido rebatidos». A propósito del caso de los correos robados, Moreno invita a separar la catadura personal de los investigadores de sus hallazgos científicos: «Igual no son ejemplos de comportamiento, pero eso aquí no importa. La ciencia tiene unos mecanismos de control brutales. Sólo juzgamos los datos y esos son irrefutables».

En plena borrasca, Antonio Ruiz de Elvira, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá, considera que el presidente del Panel de Expertos, Rajendra Pachauri, debería dimitir por el error del Himalaya. Pero, acto seguido, puntualiza: «El cambio climático no se lo han inventado un puñado de científicos. Es real y está ahí. Lo más racional sería que la gente lo asumiese y le pusiese remedio». Más crítico se muestra Manuel Toharia, físico y director de la Ciudad de las Ciencias de Valencia, que reclama al Panel mayor apertura de miras: «Las polémicas se refieren a hechos aislados y muy probablemente deshonestos dentro de un conjunto de investigaciones mucho más numerosas, y honestas, que apuntan a un rápido calentamiento. Otra cosa es la preselección orientada de los trabajos: los que no iban a favor de corriente eran escasamente considerados».