El Atlético permite las esperanzas turcas

Manejaba el Atlético la situación ante el Galatasaray de Rijkaard, líder de la Liga turca pero mermado por bajas tan importantes como las de Kewell y Baros, pero el panorama cambió cuando De Gea se marchó lesionado y entró Asenjo, un manojo de nervios que trasladó su inquietud a sus compañeros y a la grada.

Sin hacer un buen fútbol, ya que sin Tiago no hay quien construya y marque los tiempos en la zona de creación, el Atlético sí controlaba. Estuvo mejor que los turcos en el período inicial y tuvo la suerte de acertar a la primera, por obra y gracia de Reyes.

Dispuso de otras dos ocasiones en las que Leo Franco, aplaudido en el regreso a su antigua casa, abortó un mano a mano con Agüero y un cabezazo de Raúl García. Los turcos sólo inquietaron al final, pero Perea salvó una peligrosa dejada del marfileño Keita, ex del Lyon, y De Gea sacó una mano espléndida a cabezazo de Servett, un central lento en defensa pero poderoso en la estrategia ofensiva.

En la reanudación, los madrileños se preocuparon más de no encajar que de aumentar la renta y lo pagaron caro. Lo dejó patente Quique al retirar a un agotado Forlán para reforzar el centro del campo con Jurado. Sustitución lógica pero protestada desde la grada. Arriba, Kun se bastaba para poner en jaque a los turcos pero no finalizaba. Sus gambeteos generaron la mejor ocasión, salvada luego por Leo Franco. Llegaron los problemas musculares para De Gea, la vuelta de Asenjo y los fantasmas de las últimas semanas, antes de que el Atlético sellara su billete para la final de Copa e hiciese la machada ante el Barça. Ahora, le tocará sufrir en el caliente Ali Sami Yen.