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El Vaticano cooperará con la justicia contra la pedofilia
Admite su «fracaso» en Irlanda, mientras las asociaciones de víctimas se sienten decepcionadas y dicen que todo es «una farsa»
ROMA. Actualizado: GuardarTercera visita ayer de la cúpula de la Iglesia católica irlandesa -esta vez, 24 obispos- al Vaticano en menos de un año por el enorme escándalo de la pedofilia en el clero y nuevo pronunciamiento de contricción del Papa y la Santa Sede, que desembocará el mes que viene en una carta de Benedicto XVI a los fieles. Un comunicado duro, que remacha la línea de intransigencia marcada por Ratzinger, resumió ayer los dos días de visita de los obispos irlandeses. La lista de términos para calificar lo ocurrido se ampliaba -«crimen atroz», «dolor», «ira», «traición», «vergüenza», «ultraje»- y el Vaticano reconocía el «fracaso» de la Iglesia irlandesa a la hora de afrontar el problema, así como el daño que ha sufrido su credibilidad, «su testimonio del Evangelio y su enseñanza moral».
El punto más importante del texto es el compromiso de los obispos a cooperar con la Justicia, algo que hasta ahora no siempre ha ocurrido. Es más, el propio 'informe Ryan', base de las acusaciones junto al 'informe Murphy', ambos elaborados por comisiones oficiales, acusaba al Vaticano de haber obstaculizado desde 2006 la colaboración y la entrega de información. El nuncio en Irlanda, Giuseppe Leanza, no respondió a las cartas enviadas por las comisiones de investigación, asunto por el que pidió disculpas el pasado mes de diciembre, y ahora mismo vuelve a ser criticado por su negativa a comparecer en el Parlamento. Leanza, que también ha participado estos días en la reunión del Vaticano, alega que no es práctica de la Santa Sede que los nuncios declaren ante comisiones parlamentarias.
Según cálculos de la prensa local, la Iglesia se enfrentaría a indemnizaciones por valor de 200 millones de euros. El 'informe Ryan', encargado por el Gobierno y que llevó nueve años, contabilizó al menos 2.500 víctimas de 1950 a 1980. El 'informe Murphy' se centró en la diócesis de Dublín y acusó a 46 sacerdotes de abusos sobre más de 400 niños desde 1974. Más allá de los autores de los delitos, la culpa se extiende a sus superiores, que los protegieron con la connivencia de las autoridades. Ya han dimitido cuatro obispos, pero se esperan más renuncias.
Otro pasaje interesante del comunicado es el análisis de Benedicto XVI, pues incide de nuevo en su tendencia a la autocrítica, marcada ya en la víspera del cónclave que le eligió pontífice con la célebre mención del Via Crucis a la «suciedad dentro de la Iglesia». En su opinión, el fenómeno de la pedofilia se debe, entre otras cosas, «a una crisis general de fe que afecta a la Iglesia» y que lleva «a la falta de respeto por la persona humana». En este sentido, exigió una «profunda reflexión teológica» y un aumento de rigor en la formación de seminaristas, línea ya establecida por el Vaticano desde que comenzaron los escándalos de pederastia en 2002 en Estados Unidos.
Decepcionados
Sin embargo, la reunión de Roma, que se presentaba como la cumbre definitiva sobre el escándalo, ha decepcionado totalmente a las asociaciones de víctimas de los abusos en Irlanda, una de las cuales, Aislinn, la definió incluso como «una farsa». La organización One in Four (Uno de cada cuatro) acusó al Vaticano de no haber aceptado su responsabilidad en el encubrimiento de los abusos ni haber explicado su falta de cooperación con la investigación. Su directora, Maeve Lewis, criticó incluso al Papa por su alusión a un problema de fe: «Es profundamente ofensivo para los supervivientes sugerir que fueron abusados por culpa de la fe, en lugar de decir que los curas pederastas eran movidos de una parroquia a otra y sus superiores miraron a otra parte».