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Jaulas con cerdos de Guinea tras ser expuestos a la radiación. :: AFP
MUNDO

Soldados franceses fueron utilizados como cobayas en pruebas nucleares

París quería conocer los efectos fisiológicos y psicológicos de las explosiones atómicas que realizó en Argelia hace cincuenta años

PAULA ROSAS
RABAT.Actualizado:

Cuando se cumplen cincuenta años de la primera prueba nuclear francesa, un informe confidencial del Ejército galo ha desvelado uno de los secretos más infames de su historia atómica: sus propios soldados fueron utilizados como cobayas humanas en el Sáhara argelino, donde tuvieron lugar decenas de operaciones.

El 25 de abril de 1961, Francia detonó un artefacto nuclear en los alrededores del oasis de Reggane. La operación se denominó 'Gerboise verte' (jerbo -mamífero roedor originario del norte de África- verde). Las autoridades militares quisieron entonces «estudiar los efectos fisiológicos y psicológicos sobre el hombre por la bomba atómica», según los extractos del informe que desveló ayer en exclusiva 'Le Parisien'.

El documento especifica que se trató de una «experimento táctico» en el que se realizaron maniobras defensivas y ofensivas para «estudiar la reocupación de una posición afectada por una explosión nuclear». Los trescientos hombres que participaron en el experimento salieron de sus refugios a los veinte minutos de la explosión y «miraron la nube con aprensión», según el informe. «A H+35 la sección avanzó a pie (.) A 1.100 metros del 'punto cero' los hombres divisaron claramente los estragos ocasionados (.) A unos 700 metros el avance fue frenado», relata el dosier. Una patrulla de todoterrenos se acercó hasta 275 metros del lugar del impacto para estudiar las posibilidades de un ataque en una zona contaminada.

Sólo máscaras antipolvo

El uso de máscaras antigás dificultaba las comunicaciones y ralentizaba las maniobras en un 50%, por lo que los responsables de la prueba recomendaron que el comandante «no debería penetrar la zona contaminada». Para agilizar la operación se apuntaba que para los soldados de a pie se sustituyeran las máscaras por otras antipolvo, más ineficaces pero también menos aparatosas y más ligeras.

Del informe se desprende que las autoridades conocían los riesgos que conllevaban las operaciones en áreas contaminadas. Sin embargo, se permitió que los trabajadores de la zona no llevaran máscara además «y hacerles inhalar en un día, a título excepcional, lo que se autorizaba normalmente en tres meses».

El ministro de Defensa francés, Hervé Morin, anunció en enero que se indemnizará a los afectados por las pruebas nucleares. Pero en Argelia, las asociaciones de víctimas se han mostrado decepcionadas por la decisión de pagar según se padezca alguna de las enfermedades imputables y no por las radiaciones a las que las que los trabajadores se vieron sometidas. Según estas organizaciones, la región en la que se desarrollaron las pruebas nucleares, aunque en pleno desierto, estaba habitada por entre 16.000 y 20.000 personas, aunque es difícil demostrar cuántas se vieron afectadas por las radiaciones.