A 340 kilómetros de la crisis
Actualizado:El artilugio lanzado al cielo vuela en una trayectoria imposible. Se mueve boca abajo sobre el extraño juego de colores que se imprime sobre la atmósfera. Cosa de la física de los rayos. Todo es quietud en un atardecer casi de Photoshop, cristalina quietud a 340 kilómetros por encima de la crisis de las PIGS, las nevadas, los atascos, el estruendo del Carnaval y la batalla de las pensiones. Se diría que el transbordador 'Endeavour' (los de la NASA le llamaron 'Esfuerzo') levita por la gracia divina sobre los colores del espacio, como una meditación de Santa Teresa hecha carbono, aunque realmente lo sostengan el queroseno y las fuerzas gravitatorias en un complicadísimo equilibro definido por miles de fórmulas matemáticas.
Rebota en las paredes de su panza un cargamento de 22 astronautas que viajan a la Estación Espacial Internacional, desde donde se ha tomado la fotografía. «¡Chicos, llegan los refuerzos!». El laboratorio que orbita por encima del planeta necesita arreglos: tienen que elevar su trayectoria una decena de kilómetros, ya que se acerca a la Tierra cien metros al día. Además, instalarán una habitación con vistas, el Módulo 'Tranquility', que la touroperación galáctica bautizará algún día como 'El mirador del Espacio'. No todo es silencio. Ninguna cabeza racional comprende muy bien de dónde salen los mensajes que el astronauta Mike Massimo (@astro_Mike) envía a Twitter después de una de las seis caminatas espaciales al filo de la atmósfera: «Gracias por escucharnos. Intentamos mantenernos en calor».