Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Sociedad

Cómo se convenció a Almodóvar

Sólo el presidente de la Academia y Buenafuente sabían quién era el invitado sorpresa de la gala «El odio ya lo tienes, sólo te ganas el cariño», le prometió Álex de la Iglesia a la estrella inesperada de los Goya. También lo intentó con Garci y Tarantino

OSKAR L. BELATEGUI
Actualizado:

Ni siquiera el guionista más imaginativo hubiera imaginado un final de fiesta más sorprendente y apoteósico para la fiesta del cine español. Álex de la Iglesia ya desvelaba a este diario en diciembre pasado sus deseos de que Pedro Almodóvar y José Luis Garci restañaran sus heridas con la Academia: «Confío en que vengan a la gala». En enero, la lectura de las candidaturas supuso un nuevo desaire para el manchego. 'Los abrazos rotos' aspiraba a cinco míseros Goyas y quedaba apeada de las categorías principales, mejor película y director. Mientras, Hollywood no seleccionaba el filme para los Oscar pero invitaba al director a entregar la estatuilla a la mejor cinta de habla no inglesa junto a Quentin Tarantino.

Todos daban por hecho que Almodóvar, una vez más, vería los Goya desde casa. Pero el presidente de la Academia guardaba un as bajo la manga. Como si de una intriga de su adorado Hitchcock se tratara, la aparición 'mariana' de nuestro cineasta más internacional se fraguó en el más absoluto de los secretos. El pasado viernes, la productora El Deseo confirmaba a los periodistas que Almodóvar no acudiría a la gala. De la Iglesia seguía insistiéndole. De hecho, no le convenció hasta la madrugada del sábado, apenas unas horas antes de la ceremonia. Los dos realizadores mantienen una buena relación de amistad desde que El Deseo produjo 'Acción mutante' en 1992. Almodóvar era Dios a los ojos del bilbaíno, que se alojaba en pensiones cuando iba a Madrid a vender el guión de su ópera prima.

El autor de 'Hable con ella' temía la reacción del público en el Palacio de Congresos y se negaba a desfilar por la alfombra verde. De la Iglesia le convenció con una sentencia brutal: «El odio ya lo tienes, con esto sólo te ganas el cariño». Una vez que dio el sí, su aparición para entregar el Goya a la mejor película se preparó con sigilo militar. Sólo Andreu Buenafuente y Rosa María Sardá sabían quién era el último invitado. Penélope Cruz posó en el 'photocall' y respondió a los periodistas cariacontencida sobre la ausencia de su mentor. Ni la ministra de Cultura, ni el regidor de la gala estaban avisados.

Cristales tintados

Pedro Almodóvar y su hermano Agustín, productor de sus filmes, se alojaron en un hotel cercano al Ifema que les buscó la Academia. De la Iglesia les sugirió que se inscribieran con los nombres de los protagonistas de 'Con la muerte en los talones': Roger O. Thornhill y George Kaplan. Los hermanos se sentaron en la cama a ver la ceremonia por televisión. Tendrían un problema si 'Los abrazos rotos' conseguía el Goya al mejor guión original; si subía su autor a recogerlo, se chafaba la sorpresa. Pero ganó Alejandro Amenábar con 'Ágora'. Al final, 'Los abrazos rotos' se consoló con una única estatuilla a la mejor banda sonora, la octava que acumula el compositor donostiarra Alberto Iglesias.

Un coche con cristales tintados recogió a los hermanos para conducirlos hasta una puerta trasera del Palacio de Congresos. Buenafuente y Sardá le anunciaron y el auditorio se vino abajo. «¡Madre mía!», se le escapó a la ministra de Cultura. «Dicen que el público que acude a los Goya es frío, vosotros habéis demostrado que no lo sóis en absoluto», alabó Almodóvar ante una audiencia puesta en pie. «Tenéis un presidente muy pesado que ha insistido hasta la saciedad», ironizó ante el regocijo de Álex de la Iglesia, que ya había conseguido otro pequeño hito histórico: la primera foto de Penélope Cruz y Javier Bardem juntos en una gala, aunque el actor evitara la alfombra verde para cabreo de los fotógrafos.

Ese «tenéis» del manchego confirma que, pese a escenificarse la reconciliación, aún no ha regresado a la Academia, de la que se dio de baja hace cinco años. «Todavía no se ha hecho académico, en eso estamos», confirmaba De la Iglesia en el cóctel posterior a la entrega de premios. «Yo quería demostrarle a Pedro que la Academia le quiere. Que viera cómo todos los asistentes, puestos en pie, le aplaudían. Pedro es un hombre generoso y valiente, le estaré eternamente agradecido».

Desde que en 2000 'Hable con ella' arrasara con siete Goyas, incluidos mejor película y director, la Academia ha ninguneado a Almodóvar. 'Hable con ella' aspiraba a siete estatuillas y se conformó con una. Ni siquiera la seleccionaron para representar a España en los Oscar, donde consiguió el premio al guión original. Según el realizador, su desacuerdo con el sistema de votación para elegir los candidatos le llevó a darse de baja. Y ni los cinco Goyas de 'Volver' le hicieron recapacitar.

Ahora sólo queda que regrese José Luis Garci, que abandonó la Academia en 1999 tras unas acusaciones de compra de votos. De la Iglesia comió con él. «Le dije antes de tiempo que por qué no entregaba un Goya; tenía que haber esperado a los postres». El triunfador moral de estos premios también intentó hasta el último momento convencer a Quentin Tarantino, como adelanto de la internacionalización de los premios el año que viene. «Está pillado en Los Ángeles con la promoción de los Oscar. Está convencido de ganar».