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Hallan los cadáveres de dos mujeres y una niña en un cortijo en Almería
Investigan si una de las fallecidas mató a hachazos a su madre y asfixió a su hija de cuatro años antes de ahorcarse
ALMERÍA. Actualizado: GuardarConmoción en el pequeño municipio almeriense de Sorbas después de que madre, hija y abuela de una familia de origen belga aparecieran muertas en su cortijo. La policía investiga ahora si una de las fallecidas, Marina G. G., de 36 años, acabó a hachazos con la vida de su madre, S. B., de 67 años, y asfixió a su propia hija, de cuatro, antes de poner fin a su vida ahorcándose. Los cuerpos los halló en la tarde- noche del domingo el padre de la pequeña y un vecino. El alcalde de esta localidad a cien kilómetros de la capital, José Fernández, anunció que se han decretado tres días de luto y se han suspendido los festejos del carnaval. En declaraciones a Efe, Fernández aseguró que la presunta autora del doble crimen, Marina G., de origen belga, como su madre, estaba empadronada en el municipio desde 2002 y formaba pareja de hecho con un vecino del pueblo, con quien no convivía desde hacía varios meses. Según el alcalde, «no se tenía conocimiento de que hubiera malos tratos ni violencia de género», por lo que nadie en el pueblo esperaba un desenlace así.
«Están destrozados»
El suegro de la presunta homicida fue empleado del Ayuntamiento, según el regidor municipal, que indicó que «hace un mes que se jubiló», y ayer, al conocer el suceso tuvo que ser enviado de urgencia al centro de salud «para ponerle un calmante», según apuntó Fernández, quien aseguró que en la familia del padre de la niña asfixiada, «están destrozados». Fernández confirmó que la presunta homicida estuvo el pasado viernes en el Ayuntamiento pidiendo información «de cómo darse de baja en el padrón», pero nadie sospechó lo que pocas horas después iba a suceder en el cortijo, que está situado en una pedanía «donde hay pocos habitantes». Vecinos de las mujeres aseguran que la presunta autora de los hechos, que hasta hace meses daba clases de idiomas, era una mujer «extravertida y alegre», por lo que descartan que pudiera padecer una depresión.
Los restos mortales de la niña de cuatro años fueron trasladados tras la autopsia desde el Instituto de Medicina Legal (IML) de la capital hasta el municipio de Sorbas, donde será velada hasta el entierro. Así lo indicó en declaraciones a Europa Press el alcalde, quien aseguró desconocer si se oficiará un funeral conjunto con los cadáveres de las otras dos mujeres que, al cierre de esta edición, aún seguían en la capital almeriense.
Según el relato de los hechos dado por el Ayuntamiento, el padre de la niña, un hombre de 40 años vecino de Sorbas, se encontraba en el municipio el pasado viernes a la espera de la llegada de su hija para que participara en las fiestas del carnaval. Tras varias llamadas al móvil de su ex pareja en las que no consiguió respuesta, éste se dirigió hasta el domicilio de la niña, un cortijo de la pedanía de El Mayordomo en Sorbas.
Una vez llegado hasta la casa, halló un cartel manuscrito en la puerta en el que se indicaba que las llaves de la casa las poseía una vecina de la barriada. De esta forma, el padre de la niña acudió a la casa de los vecinos a quienes pidió la llave así como compañía para acudir hasta a la vivienda.