Autocrítica

'Tú eras el huracán, y yo la alta torre que desafía tu poder/ ¡Tenías que estrellarte o abatirme!/ ¡No pudo ser!'. Es desolador contemplar cómo los diálogos entre Gobierno y oposición se convierten en monólogos alternantes: primero habla una parte y después la otra -porque le toca y sin haber escuchado nada de la parte de la primera parte, como diría Groucho-. El liderazgo lo tiene que ejercer el presidente del Gobierno, y todos los demás, con la principal oposición a la cabeza, deberíamos ser protagonistas de la solución, y no del problema. Hay que elaborar ya un análisis severo de la situación y dejarse de bastardos intereses políticos y especulativos. Aquí nadie hace autocrítica: ni el Gobierno, ni la oposición, ni los sindicatos, ni los dirigentes de CC AA, ni medios de comunicación; nadie. El 'Financial Times' no es un periódico divino. Escriben profesionales con criterios diversos y no inmunizados contra el resbalón. Si ayer opinó acerca de lo mal que gestiona nuestro Gobierno el déficit público, hoy publica lo contrario. ¡Si Leónidas levantara la cabeza! No, no somos Grecia, y la calificación de la deuda tampoco es la misma. Hubo un tiempo en que la todopoderosa Grecia era un batiburrillo de ciudades-estado en sempiterna discordia, en lugar de una nación estable; lo pagaron caro. En nuestro país hay 17 comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, en permanente guirigay. ¿Lo pagaremos también?