El Pentágono alerta del afán persa de influir en Oriente Próximo
JERUSALÉN.Actualizado:De todos los desafíos que afronta Oriente Próximo, el «más importante es Irán». Son incontables las veces que esa advertencia ha sido repetida por el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, que la ha convertido en enseña de su discurso político. Pero ayer, quien la hacía era el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE UU, el almirante Michael Mullen, que en El Cairo se refirió a Teherán como «un peligro» y acusó al régimen islámico de intentar extender su poder a Líbano, Gaza, Yemen o Irak.
Para Mullen, sería «un motivo para la inestabilidad en la zona», y aunque aseguró que EE UU no tiene ningún plan para atacar a Irán, se confesó preocupado «no sólo por su programa nuclear, sino también por las declaraciones del presidente Ahmadineyad contra Israel».
El alto oficial norteamericano hizo escala en Egipto para entrevistarse con Hosni Mubarak dentro de una gira por la región que incluye Arabia Saudí, Jordania y los Emiratos, y que anoche le llevó a Tel Aviv. Si bien esta visita estaba programada de antemano, Mullen y su discurso llegan en el momento más oportuno: justo cuando Israel redobla esfuerzos para promover una cuarta ronda de sanciones contra Teherán, ahora que ha confirmado que está enriqueciendo uranio a nivel suficiente para fabricar una bomba atómica.