La ofensiva de la OTAN golpea a los civiles
Dos cohetes de la Alianza matan a doce afganos en el asalto al gran bastión talibán de Helmand
Actualizado:En la segunda jornada de la 'Operación Moshtarak', las fuerzas de la OTAN tuvieron que enfrentarse a sus propios errores. Dos cohetes se desviaron 300 metros de su objetivo e impactaron en una vivienda provocando doce muertos, diez de ellos miembros de una misma familia. El trágico fallo, que revive en la memoria sangrientos bombardeos que levantaron a población afgana, obligó a la Alianza a pedir perdón de inmediato. «Lamentamos de verdad el fallecimiento de estos civiles», subrayó el máximo responsable de la Isaf (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad), el general Stanley McChrystal, que prohibió el uso de las lanzaderas que causaron las muertes.
Sin resistencia talibán, sin apenas oportunidad de entrar en combate, los artefactos explosivos improvisados (IED por sus siglas en inglés) son la mayor amenaza para los 15.000 efectivos de las fuerzas americanas, británicas, canadienses, danesas, estonias y afganas que intentan instaurar la autoridad del Gobierno de Kabul en Marjah, el corazón del bastión talibán en la sureña provincia de Helmand. «El objetivo es ganarse a los afganos. La prueba auténtica es saber si podemos seguir controlando el territorio y si podemos dar seguridad a la población, y ganar sus mentes y sus corazones», confesó el ministro de Defensa británico, Bob Ainsworth. De momento, el trabajo de los militares consiste en limpiar casa por casa esta localidad del distrito de Nad Ali en busca de los más de 2.000 insurgentes que residen en la zona, según los informes de las agencias de inteligencia, y de la munición y explosivos que pudieran guardar para futuras acciones.
«En Faluya era igual de intenso. Pero allí, empezamos desde el norte para avanzar hacia el sur. En Marjah hemos llegado desde distintos puntos para confluir en el centro, así que estamos teniendo fuego desde todos los ángulos», explicó a la agencia Reuters el capitán de los marines Ryan Sparks. Como ocurrió en Irak, y al igual que en la ofensiva 'Golpe de Espada' lanzada también en Helmand el pasado verano, los marines han sido los elegidos para intentar resolver los problemas en una zona fuera de control pese a la presencia de más de 8.000 británicos a menos de cuarenta kilómetros de Marjah desde hace ocho años.
Huida hacia el norte
Los medios afganos siguen la ofensiva con atención y destacan la preocupación de la OTAN por los civiles pese a la matanza de ayer. Precisamente, Barack Obama, que con esta operación entra de lleno en el conflicto afgano, puso el énfasis en reducir al mínimo los errores en los bombardeos. Además, su estrategia para el país centroasiático incluye una apuesta por el diálogo con los talibanes más moderados que todavía no ha dado frutos. En el plano militar, sin embargo, sigue las tácticas puestas en marcha por George W. Bush.
Las grandes ofensivas, como se comprobó el pasado verano, causan a su vez inestabilidad en las provincias vecinas a las que acuden los talibanes en busca de refugio. Como ocurría en la época de los rusos, los insurgentes afganos huyen del combate abierto y esperan a que la situación se estabilice para comenzar con sus tácticas de emboscadas, bombas de carretera y atentados suicidas que ya han causado 73 bajas desde el inicio de año entre las fuerzas de la OTAN, las cinco últimas en el primer día de esta ofensiva.
El distrito de Bala Murghab, al norte de la provincia española de Badghis, se ha convertido en uno de los santuarios talibanes en los que los militantes encuentran refugio cuando la situación se recrudece en el sur. Los informes de seguridad afganos alertan de que buena parte de la insurgencia puede seguir el patrón del año pasado y replegarse a zonas bajo tutela de las tropas españolas.