Manuel Chaves y Felipe González se abrazan en un mitin celebrado en Sevilla en 1998. :: EFE
ESPAÑA

El último barón de González dice adiós

El poder interno de los gobernantes autonómicos nació al calor de las disputas entre 'guerristas' y 'renovadores' Chaves cede el control del PSOE andaluz y pone fin a la edad de oro de los líderes territoriales

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PSOE de los barones territoriales con acusados egos autonómicos y el de las corrientes internas capaces de hacer tambalear a la dirección del partido, el de los 'guerristas' y 'renovadores'. El PSOE de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, José Bono, Narcís Serra y Manuel Chaves. Este PSOE, ya muy difuminado, llega a su fin con la decisión del vicepresidente tercero del Gobierno de poner fin a su etapa como secretario general de los socialistas andaluces, cargo en el que ha permanecido 16 años.

Chaves consuma el camino inverso al que emprendió en 1990, cuando aterrizó, a disgusto, en Sevilla para presidir la Junta de Andalucía. La cúpula del socialismo andaluz ni entendió ni compartió la decisión de Felipe González e, incluso, dijo que «no era el mejor candidato posible». Chaves, así, tuvo que ganar dos batallas: la de las urnas, al PP -en 1990- y la asamblearia, a sus correligionarios -en 1994-.

El concepto de 'barón territorial' se acuñó a finales de los ochenta y comienzos de los noventa, cuando los choques entre Felipe González y Alfonso Guerra comenzaron a mover los cimientos del partido. Pero los 'reyes de taifas' del socialismo vivieron su época dorada tras el adiós de Felipe González en 1997.

La estructura federal del PSOE se resintió a causa de unas primarias donde no siempre se jugó limpio y, sobre todo, ante la falta de un liderazgo firme que no supieron ejercer ni Joaquín Almunia ni Josep Borrell. Hoy no se imagina una corriente similar porque en el PSOE nadie discute a José Luis Rodríguez Zapatero, aunque José María Barreda -alumno de la 'escuela Bono'- se atreva a dar consejos al presidente en un momento delicado para el proyecto socialista.

Las memorias de Manuel Chaves, que el vicepresidente piensa recopilar cuando ponga fin a su actividad en el Ejecutivo, narrarán en primera persona capítulos decisivos de la reciente historia de España. Uno de ellos escenifica el poder que ejercieron estos 'barones territoriales' durante el mandato popular y, de paso, lo cíclico de ciertos acontecimientos.

Chaves, flanqueado por Ibarra y Bono, dio un paso al frente en octubre de 1998 durante la negociación derivada de la tregua que ETA anunció el 16 de septiembre de 1998. Los presidentes autonómicos de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha se reunieron en Mérida para exigir a José María Aznar que no marginase a sus territorios a la hora de consensuar contrapartidas que pusieran el punto y final al terrorismo.

Desde el PP se llegó a acusar a los 'tres tenores', sambenito que cargaron tras esa reunión, de conformar un nuevo frente de «nacionalismo excluyente». Pero Chaves siempre ha encarnado la imagen contraria. Acérrimo defensor del 'café para todos', ha defendido con ahínco la solidaridad entre todos los territorios españoles, postura que le distanció de Maragall en su día y, más recientemente, de José Montilla.

Bono y el novato

El PSOE recurrió a Chaves en un momento muy delicado para el partido, el congreso de 2000, que debía dirimir la fuerza de un veterano como José Bono frente al empuje del novato José Luis Rodríguez Zapatero. El líder de los socialistas andaluces asumió la organización del congreso con una premisa: más allá de los nombres, el que debe ganar es el partido. Mas la objetividad cuando se trata de los asuntos de casa es un ejercicio difícil. De hecho, Chaves apostó por el castellano-manchego aunque al final la candidatura de José Luis Rodríguez Zapatero ganara por un estrecho margen de nueve votos.

En abril de 2009, asume, para sorpresa de muchos, la Vicepresidencia Tercera del Gobierno. Deja la Junta de Andalucía, pero conserva la secretaría general del PSOE-A hasta el congreso que estaba previsto para 2012, momento en que su sustituto al frente del Gobierno autonómico, José Antonio Griñán, debería asumir el control del partido en Andalucía. Una 'hoja de ruta' pactada por ambos porque coincidían en que no se podía distraer al partido con rifirafes internos en un momento de acuciante crisis económica.

Nadie preveía problemas de bicefalia entre dos amigos y eternos compañeros, pero sin que haya trascendido la razón exacta, los ha habido. Para evitar que la chispa acabase en incendio, ambos han rectificado su posición y el cónclave de los socialistas andaluces se llevará a cabo la segunda semana de marzo. Chaves mantendrá el papel referente de 'reina madre' como presidente del PSOE, podrá dedicar todas sus energías a la Vicepresidencia y pensará en la jubilación. Lejos quedan los años de poder del 'barón' de los 'barones' territoriales

Presidente de la Junta de Andalucía (1990-09) y hoy vicepresidente del Gobierno.

Presidente de Castilla-La Mancha (1983-2004). Ahora es presidente del Congreso

Presidente de la Junta de Extremadura (1982-2007). Está retirado de la política.