El sueño imposible acaba en pesadilla

El Xerez se perdió en la inmensidad de la galaxia. Se desorientó, abandonó su rumbo, quedó desconcertado por un lucero blanco que pasó andando por Chapín para llevarse los tres puntos y mantener su lucha por la Liga. La tarde no tuvo sorpresa, ocurrió lo esperado, y sólo durante cuarenta y cinco minutos quedó espacio para la ilusión azulina, pues en la segunda mitad el Deportivo defraudó, bajó los brazos y recordó a aquel equipo triste que Gorosito encontró a su llegada. Las sensaciones no fueron nada buenas y volvió aquel pesimismo que hacía pensar que el plantel no daba para más.

Y es que el técnico argentino no cumplió con su palabra, no puso de su parte para que el Xerez se plantara en tres cuartos de cancha y presionara. Bien porque no quiso, bien porque no pudo, bien porque consideró mejor estrategia aguantar metido en su propia área y ¿salir a la contra?

La cuestión es que el xerecismo tiró a la basura muchas de las ilusiones que había generado la llegada del Pipo, que sin grandes resultados, sí parecía haber logrado cambiar la imagen del equipo. De hecho, Chapín llegó al descanso pensando que todo era posible, pero terminó el duelo tocado moralmente ante otra derrota.

Y es que los azulinos arrancaron muy bien. Dejaron soñar al xerecismo con recortes de Carlos Calvo, zurdazos de Momo o paradones de Renan. Pero los merengues asustaban con su sola presencia, pues el de los blancos es un fútbol de otra velocidad, de otro ritmo, sobre todo de una verticalidad diferente al resto. Pellegrini abrió mucho el maltrecho campo jerezano y le ordenó a los jugadores que aceleraran poco a poco, sin cambios bruscos de velocidad. La mejor ocasión de los blancos durante la primera parte llegó cuando el crono ya buscaba el 45', con un cabezazo de Cristiano al larguero.

Para entonces, los azulinos ya estaban metidos en su propia área, acosados por el potente empuje de las figuras madridistas, que ni tan siquiera les permitía a los de azul aventurarse a iniciar un contragolpe.

Tras el descanso, el Xerez desapareció, se escondió en su propia portería. No daban más de dos pases, le quemaba la bola, no la querían. Todo lo contrario que un ansioso Cristiano, que quería celebrar su vuelta con goles. De hecho no terminó de festejar demasiado el tanto de Arbeola, pues el canterano decidió finalizar la jugada en lugar de ceder a Cristiano, que le acompañaba en la jugada.

Con el gol del Madrid, el Xerez se terminó de desmoronar y recordó por completo a la endeblez mental que se sufría en la era Ziganda. El problema es que Cristiano continuaba ansioso y se asoció con su amigo Kaká para marcar un par de goles en cinco minutos. Anotó primero con un potente cabezazo tras centro de Kaká, y muy poco después remachó una vertical internada del brasileño. Muy fácil. Ahora queda ver si los males xerecistas continuaran la próxima semana o simplemente ha sido un indigesto merengue.

Gorosito, técnico del Xerez CD, declaró al término del partido que en el primer tiempo estuvieron «más adelante» y tuvieron ocasiones. En la segunda se dejó de marcar y jugamos demasiado atrás y no pateamos al arco rival», indicó. «La idea era terminar igual que jugamos en la primera parte, pero dejamos de hacer sombra»

Pellegrini disculpó al Xerez. «En la segunda sintieron el esfuerzo y nosotros subimos la intensidad. Cuando llegó el primer gol tuvimos más espacios para conseguir los otros dos», comentó. En relación a la vuelta de Cristiano esgrimió lo siguiente: «Nunca se deja de necesitar a Cristiano, aunque en los partidos sin él hayamos ganado».