Juanma Delgado
Actualizado: GuardarLo conocí en la Facultad de Derecho, recién entrados los dos a cursar la licenciatura. Creo que nos presentó nuestro común y desaparecido amigo Federico. Juanma andaba siempre con Gregorio, Jesús y con el citado Fede, a los que luego se uniría con el tiempo Manolo Cuadros, que debe andar ahora por Sevilla. Me estoy refiriendo a mi amigo Juan Manuel Delgado Camacho, flamante presidente del Jerez Industrial, del que siempre ha sido seguidor, sufridor y defensor a ultranza. Juanma era brillante y estudioso, con buenas notas y buena cabeza (esto lo digo en el plano intelectual, para que no vaya a haber malpensados). Tenía el don de realizar perfectas imitaciones de los Catedráticos, y de vez en cuando, entre intermedio e intermedio nos deleitaba con alguna. La de Muñoz Conde, que era el catedrático de Derecho Penal, gran docente y mejor expositor de la asignatura, la bordaba. Luego hizo los Cursos de Doctorado con él. Siempre estaba dispuesto a prestarte unos apuntes y echar una mano a quien fuera, y nunca tuvo un mal gesto con sus amigos y compañeros. En el fútbol, su pasión local era el Jerez Industrial, al que defendía con tesón y sin desmayo junto al citado Fede, otro hincha a prueba de todo. Por tanto, su fe industrialista y su amor a los colores creo que no tienen que demostrarse, razón por la que me he alegrado de verle llegar a la presidencia. Con él llega también alguien con estudios superiores, con cultura, con una muy buena formación jurídica y con grandes conocimientos de Derecho Penal. Ahora anda por ahí bregando día tras día por el club de sus amores, para impedir un descenso, aclarar las cuentas, pedirlas a quien haga falta, contratar jugadores y negociar con los ingleses. Y todo ello, por afición y sin cobrar un duro, amén de tener encima que seguir viviendo de su trabajo de abogado y hacer que su profesión no se resienta. Ya me dirán si no es mérito esto, con la de disgustos que da el fútbol de las categorías modestas. Por lo menos, yo, como jerezano y amigo suyo, le deseo suerte y frutos en su labor. Es lo menos que se merece Juanma, encima de los disgustos que va a tener que merendarse.