BONO-BERO

No me queda otra opción que solidarizarme con el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono; estamos contigo compañero. No se si conocerán la noticia: 'El señor Bono apagó con un vaso de agua su ordenador portátil al observar que salía humo'. Esta acción de informática 'borroka' me enternece de una manera especial. Desconocemos el motivo por el cual el ordenador de Bono se recalentó hasta el punto de humear, ¿demasiada información confidencial? Puede ser. También entra dentro de lo probable que se estuviera descargando alguna película erótica aprovechando le red WI-FI del Congreso, eso nunca lo sabremos. Lo que está claro es que nadie ha pensado que el calentamiento del portátil fuese por exceso de trabajo, yo no, por lo menos. No se le puede negar al presidente una eficacia sobresaliente; atajó de raíz un problema justo en el momento en el que se estaba produciendo y evitó un presunto incendio.

Puede parecer una 'bomberada' impropia del tercer hombre más importante de un país civilizado, e informatizado. Pero, yo le entiendo perfectamente al señor Bono, la informática nos plantea retos constantes que nos sacan de nuestras casillas. Y reconocerán que hubiera sido más aparatoso vaciar un extintor en medio del pleno; un vaso de agua es un mal menor que puede ser asumido por una democracia. Seguramente que en el teclado de un ordenador estará escondida la opción de 'apagado de incendio', en una de esas teclas: F1, F2, F3, etc. Bill Gates ha tenido que tener en cuenta esos pequeños detalles. Bien, pero hay que entender que a la generación de Bono le llegó Internet después de muchos afeitados, así que deberíamos concederle el comodín de 'a mi manera'. Y como lo cortés no quita lo valiente, abogaría por no airear este 'apagón tecnológico a base de barreño'. Más que nada para que nos duren los ordenadores que les hemos dado a los niños en las escuelas. Pasen buen día y desenchufen los electrodomésticos.