El ordenador de Bono echa humo

El presidente del Congreso, José Bono, obligado con frecuencia a ejercer de apaga fuegos en las disputas entre grupos parlamentarios, tuvo que actuar ayer, literalmente, de bombero improvisado. Sobre las diez de la mañana, mientras el diputado del Partido Popular Andrés Ayala desgranaba desde el estrado del hemiciclo su opinión sobre el decreto de los controladores aéreos, el presidente de la cámara, sentado un metro por encima del parlamentario, comenzó a oler a quemado y vio como salía un «fino hilillo de humo» del cable de alimentación electrica de su ordenador.

Rodeado por alguno de los demás miembros de la Mesa, lo primero que acertó a hacer fue volcar su vaso de agua sobre el cable. Aunque cualquier manual de electrónica explica que eso es justo lo único que no se debe hacer nunca, todo salió bien, nadie sufrió efectos secundarios, el humo no dio paso a las llamas, e incluso el ordenador volvió a funcionar sin problemas, según relató el propio Bono.

«Lamento que no podáis poner un titular hablando de las llamas», comentó a los periodistas en los pasillos del Congreso con su habitual retranca. Después del incidente, la sesión continuó sin ningún tipo de contratiempo.