Sudáfrica conmemora el vigésimo aniversario de la liberación de Nelson Mandela
La prisión de 'Victor Verster', en la que el ex mandatario pasó 27 años, es declarada monumento nacional al considerarla símbolo de la lucha por la liberación sudafricana
JOHANNESBURGO Actualizado: GuardarNelson Mandela ha sido recibido con canciones y danzas por los legisladores sudafricanos, en el vigésimo aniversario de su liberación tras 27 años de cárcel, al entrar en el Parlamento de Ciudad del Cabo para escuchar el discurso sobre el Estado de la Nación, que ha pronunciado el presidente, Jacob Zuma.
El primer presidente negro de Sudáfrica ha entrado en el recinto apoyándose en su esposa, Graça Machel, ya ha recibido la ovación de los diputados y asistentes al acto. Mandela se ha sentado en la última fila de la galería de invitados, desde donde ha seguido atentamente el discurso, que iba leyendo en unas hojas mientras Zuma se dirigía a la nación. El ex presidente estaba rodeado en el palco por varios de sus familiares, que también habían acudido al Parlamento para conmemorar la fecha de su liberación, que marco el principio del fin del régimen segregacionista del apartheid y supuso el punto de salida para alcanzar la democracia.
Edificar Sudáfrica seguiendo su legado
Zuma ha afirmado en su discurso de apertura del Parlamento, cuyas sesiones tendrán como tema 'Celebremos el legado de Mandela- Contribuyamos a edificar la Nación', que su Gobierno intenta acelerar el crecimiento y la creación de puestos de trabajo. El actual gobernante, que es el cuarto presidente negro sudafricano, tras Mandela, Thabo Mbeki y Kgalema Motlanthe, ha concentrado su alocución en prometer una mejora en los servicios públicos básicos -agua, electricidad, salud y educación- cuyas deficiencias han generado levantamientos en varias zonas del país. También se ha propuesto adoptar un nuevo enfoque en la política industrial de su Gobierno, a fin de acelerar el crecimiento económico, en un país que, tras 16 años de democracia, mantiene enormes diferencias económicas y sociales.
Zuma se ha referido a la promesa que hizo en mayo pasado, cuando asumió la Presidencia, de crear 500.000 oportunidades de trabajo y dijo que para finales de diciembre su gobierno había cumplido la misma en un 96% con la creación de 480.000 empleos. Ha admitido, no obstante, que "estos trabajos no son permanentes sino posiciones temporales para proveer a los desempleados unos ingresos, experiencia laboral y oportunidades de capacitación". También haa segurado que mantendrá las medidas de rescate económico para acabar con los efectos de la recesión y ha anunciado planes para invertir más de 11.000 millones de dólares en el un programa de tres años de desarrollo de infraestructuras, que será "la base de nuestra estrategia para la recuperación y el crecimiento económico". Ha reiterado la ambición de su gobierno de mejorar los sectores de la educación, la salud publica y la lucha contra la delincuencia, como asimismo a un mayor enfoque en el desarrollo rural y sus planes de hacer responsables a los ministros de su gabinete por la falta de cumplimiento de los objetivos asignados.
Hacer del mundial un éxito en su honor
En su discurso, Zuma ha recordado no sólo a Mandela, sino también a los últimos dos presidentes blancos de Sudáfrica, Pieter Willem Botha y Frederick Willem De Klerk, por su contribución, ha dicho, a la transición del país hacia la democracia. "En este día especial, debemos también reconocer la contribución del liderazgo del (ya extinto) Partido Nacional, que finalmente se dio cuenta de que el apartheid no tenía futuro". El párrafo final estaba dedicado a Mandela. Ha recordado que la actuación de éste fue "primordial para asegurarle a Sudáfrica el derecho a organizar la inminente Copa Mundial de la FIFA". "En consecuencia, debemos hacer que esta Copa del Mundo sea un gran éxito en su honor", ha finalizado el presidente sudafricano.
Tras el discurso de Zuma, en los salones del Parlamento, el actual presidente se ha reunido con diversos invitados, entre ellos Mandela y De Klerk, que compartieron el Premio Nobel de la paz en 1993 por su contribución a la caída del apartheid. También ha estado con ellos el arzobispo emérito anglicano Desmond Tutu, otro de los luchadores contra el aparheid que recibió el nobel de la paz en 1984, quien departió sonriente con Mandela, Graça Machel, De Klerk y Zuma.
Fiesta en la calle
Mientras que en el Parlamento los políticos recodaban la figura de Mandela, en las calles de sudáfrica eran los ciudadanos los que al grito de "Viva, Nelson Mandela, Viva", conmemoraban el vigésimo aniversario de la excarcelación del ex mandatario. Aunque Mandela, de 91 años, no ha asistido a las celebraciones, que han tenido lugar en la Prisión de Drakenstein, cerca de Ciudad del Cabo. Los manifestantes han trasladado desde el penal una gran estatua de bronce del ex presidente con el puño en alto. Entre los asistentes, la gran mayoría de ellos de raza negra, se encontraban antiguos compañeros de lucha de Mandela que enarbolaban las banderas negras, verdes y doradas del Congreso Nacional Africano (ANC).
El pasado 3 de febrero, el ex presidente celebró al aniversario de su liberación con una cena en su domicilio a la que asistieron su antigua esposa, Winnie Madikizela-Mandela, su hija Zindzi Mandela y viejos militantes de la lucha contra el apartheid. Entre los invitados destacó uno de sus carceleros, Christo Brand, con quien el histórico dirigente negro había entablado una muy estrecha amistad en el penal de Robben Island.