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El acto central de la jornada fue una manifestación que recorrió las calles de Arcos. :: ESTEBAN
Ciudadanos

La Sierra, unida contra el paro

El sindicato cifra el seguimiento en un 90%, y la Junta denuncia que hubo coacción La mayoría de las poblaciones de la comarca secundó la convocatoria

DANIEL PÉREZ Y ANTONIO ROMERO sierra@lavozdigital.es
SIERRA.Actualizado:

Doce del mediodía. En el Ayuntamiento de Bornos, los dos únicos funcionarios que ejercen de servicios mínimos charlan de cualquier cosa para apurar la mañana. «No hay nada abierto, salvo la farmacia». En Villamartín los niños corretean por la plaza, detrás de una pelota. Juan Castillo, parado de 45 años, dice: «No se puede ni comprar tabaco». Manuel Morilla, el director del Colegio de Nuestra Señora de las Montañas, cruza el patio con un taladro en una mano y un rollo de cables en la otra: «De 465 alumnos han venido 18, así que estamos aprovechando para hacer chapuzas». Ni un alma en las calles de Puerto Serrano. Cierre absoluto de comercios en Algodonales. En el trayecto hasta Olvera, transportistas y camioneros piden mesa en la única venta que atiende al público. Ya en el pueblo, sólo hay vida en la sede del PSOE, bajo el castillo.

Para el SAT, la huelga general convocada en la Sierra para protestar contra la alta tasa de paro ha sido «un éxito, que ha superado el 90% de seguimiento». Para el delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Gabriel Almagro, no: «En siete municipios la participación ha estado por debajo del 10%; en tres se sitúa entre el 70 y el 75%, y en ocho entre el 80 y el 100%».

Sobre la manifestación que recorrió las calles de Arcos, tampoco hay acuerdo. Según el SAT, más de 6.000 personas siguieron la pancarta en la que podía leerse: «Sobran las razones. Levántate y lucha. Contra la crisis ¡Rebélate!». Según Almagro, no llegaban a los 2.000.

Un día largo

Los piquetes comenzaron pronto su 'tarea informativa'. A las siete de la mañana, el centro de Arcos ya estaba tomado por grupos de militantes del sindicato. Muchos procedían de Alcalá, Puerto Serrano y Espera. La estrategia de los convocantes estaba clara: había que dirigirse a las principales poblaciones de la comarca y 'advertir' a los pocos comercios que habían abierto sus puertas de que «toca ser solidarios con los que no tienen trabajo, porque de ellos también depende vuestro pan», según explicó Pedro Fernández, el alcalde de Espera. No hubo incidentes, aunque la negativa del Carrefour de Arcos a cerrar sus puertas caldeó los ánimos de algunos de los sindicalistas, que llegaron a amenazar a la dirección del supermercado con asaltar las instalaciones. La intervención del secretario general del SAT apaciguó a los más beligerantes: «La Sierra está paralizada. Lo hemos conseguido. Si hay un solo acto de intimidación o violencia, mañana no se hablará de otra cosa, y habremos ensuciado este logro. Todos somos responsables de que eso no ocurra».

A los siete alcaldes que ya habían apoyado públicamente la convocatoria, se le sumaron, en la cabeza de la manifestación, los líderes de Izquierda Unida en la provincia, Manuel Cárdenas e Ignacio García, y el parlamentario andaluz José Manuel Sánchez Gordillo. A pesar de la insistencia, durante los últimos días, de algunos de los portavoces del SAT de que «la movilización no tiene ningún tinte político», durante la marcha se corearon consignas que señalaban directamente al PSOE como responsable «de la situación de abandono que vive la comarca».

La visión política

El delegado del Gobierno de la Junta, Gabriel Almagro, fue también ayer tajante en este punto: «Ésta no es una huelga sindical, como lo demuestra el hecho de que no estén las centrales mayoritarias. Es una movilización política cuya única intención es desgastar al PSOE y a sus ayuntamientos». También acusó a los convocantes de «haber coaccionado a muchos comercios, entidades bancarias y oficinas públicas para que cerraran: es un hecho contrastado».

Francisco González Cabaña, secretario general del PSOE en la provincia, valoró la jornada de huelga en la misma línea, apuntó que la convocatoria había sido «un fracaso a pesar de la coacción ejercida por los piquetes» y acusó al SAT de «traer a mucha gente de fuera para que cumpliera con esta misión».

Además de la manifestación paralela que recorrió las calles de Ubrique a la misma hora que la de Arcos, a lo largo de toda la tarde se celebraron asambleas informativas en los principales baluartes del movimiento jornalero. En Puerto Serrano, el alcalde, Pedro Ruiz, agradeció a los participantes «el clima de tranquilidad» en el que había transcurrido la jornada y animó «a los trabajadores a no rendirse ante la desidia de las administraciones».

Gabriel Almagro, en su valoración del seguimiento de la huelga, rechazó la «acusación de que los gobiernos socialistas hacemos oídos sordos a la Sierra». «Es falso que no estemos atendiendo peticiones que se nos hacen, ya que algunas de ellas incluso están en marcha, como el aplazamiento del pago del 50% de la hipoteca a los parados, y el incremento de las pensiones mínimas».