Un problema eléctrico, causa del incendio en el geriátrico de Sevilla con seis ancianos fallecidos

Sevilla amaneció ayer conmocionada por la muerte de seis ancianos en el incendio de un geriátrico ocurrido en la madrugada. A última hora de la tarde la policía científica seguía investigando cómo se produjo el siniestro, cuya causa probable se debió a un problema eléctrico desencadenado en la habitación de una de las personas fallecidas. Otras doce personas resultaron heridas, cinco de ellas se encuentran graves y seguían ingresadas anoche en diferentes hospitales de Sevilla. La residencia Aurora, una de las muchas privadas de carácter familiar que hay en la capital, cumplía con todos los requisitos legales, según atestiguó la consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro.

El geriátrico se encuentra ubicado en una antigua casa residencial de tres plantas y un bello jardín en en la calle Marqués de Nervión de Sevilla. El incendio comenzó poco antes de las doce de la noche del lunes. En ese momento se encontraban en la residencia 19 ancianos y dos cuidadoras, según confirmó a este periódico Hilario Portales, hijo de la dueña de la residencia, muy afectada por lo ocurrido y porque entre los fallecidos se encuentra una prima suya, L. M. G. , de 65 años de edad. Parece ser que el incendio se originó en la habitación de esta víctima, que padecía problemas de movilidad y a quien la dueña de la residencia cuidaba desde hace tiempo. Su cuerpo apareció carbonizado tras sofocarse el incendio.

«Se escuchó una pequeña explosión», explicó Francisco, el marido de la dueña de la residencia, consternado igualmente. Una de las monitoras y varios vecinos fueron los primeros en llamar al servicio de emergencias 112. Un vecino, que dijo llamarse Juan Salvador, relató que él fue el primero en entrar en la casa y pese a que intentó, junto a una de las cuidadoras, subir a la segunda planta para auxiliar a los ancianos, el humo se lo impidió. Este vecino contó a las puertas de la residencia que aquello «parecía un infierno» y dijo sentirse conmovido al oír quejarse a los residentes, muchos de ellos impedidos. «Cogí a un anciano y lo arrastré hasta la escalera, entonces me encontré con la policía», relató a Europa Press Juan Salvador. Se trataba de los policías de la comisaría cercana de Nervión.

Muerte por asfixia

Los bomberos llegaron en apenas cinco minutos, cuando ya el intenso humo se había propagado por toda la residencia. No pudieron hacer nada por cinco de las personas que se hallaban en la planta incendiada. Murieron asfixiados por inhalación de humo. Una sexta persona falleció en el hospital horas después. Los datos facilitados de las víctimas son los siguientes: Cuatro mujeres, que responden a las iniciales de F.Z. M., F.R. R., J.B. R.y L.M.G.; y dos hombres, J.G. B. y C.A. B. Sus edades van desde los 65 a los 96 años.

La rápida actuación de la policía y de los bomberos unido a la colaboración ciudadana impidieron que la tragedia fuera mayor. Los vecinos ayudaron organizando con la policía cadenas humanas para evacuar a los residentes de las dos primeras plantas. Fueron momentos de pánico para todos ellos, algunos de los cuales salían en camillas o en silla de ruedas.

El servicio de emergencias atendió a los residentes que sobrevivieron en la misma calle Marqués de Nervión, así como a cuatro policías afectados por inhalación de humo. Doce de los residentes fueron conducidos a tres hospitales de la capital: Virgen del Rocío, Macarena y Valme. Al cierre de este edición seguían ingresados con carácter grave cinco de ellos, dos en la UCI de los hospitales Virgen del Rocío y Valme. La mayoría de los ancianos que sobrevivieron fueron recogidos por sus familiares, aunque varios han sido realojados en otras residencias de Sevilla.

La policía descartó que el incendio fuera intencionado y barajó la posibilidad de un accidente fortuito originado por un fallo eléctrico. El comisario José Martínez de Mandojana dijo que en apariencia la residencia se encuentra con todas las medidas de seguridad. Las hipótesis de la policía se centran en el circuito eléctrico de la cama para impedidos que había en la habitación donde se produjo el siniestro o en un cortocircuito de algún cable o aparato eléctrico.