CiU sale al rescate de Zapatero
José Blanco denuncia una campaña del PP para «demonizar» y «destruir» al presidente Los nacionalistas ofrecen un pacto de Estado que el PSOE agradece pero con reservas
MADRID/BARCELONA.Actualizado:Contra todo pronóstico por la cercanía de las elecciones catalanas, CiU salió ayer al rescate del Gobierno y ofreció un pacto de Estado. «Ahora es el momento, más que nunca, de los grandes acuerdos políticos», afirmó tajante el líder de los nacionalistas catalanes, Artur Mas. Los socialistas, por medio de su secretaria de Organización, Leire Pajín, acogieron de buen grado la oferta de la federación, pues es la hora de «remar juntos» y «no de sacar tajada política». La iniciativa de CiU, encontró eco en Esquerra Republicana de Catalunya, que se sumó la idea del gran acuerdo; no así en el PNV, que no piensa mover un dedo para evitar «la caída» de José Luis Rodríguez Zapatero.
CiU siempre ha llevado a gala ser una formación política con sentido de Estado y su colaboración con el Gobierno de turno, ya sea socialista o popular, no es nueva, ya que fue aliado de Felipe González y José María Aznar. La novedad radica en que a ocho o nueves meses de los comicios autonómicos, en las que los socialistas serán sus más directos contendientes, tiendan la mano al PSOE. Cierto es que hace más de un año el portavoz de la federación catalana en el Congreso, Josep Antoni Durán i Lleida, propuso una reedición de los pactos de la Moncloa para hacer frente a la crisis, pero su iniciativa cayó en saco roto.
«No son momentos de mociones de censura, no son momentos de debates irracionales, no son momentos de utilizar la economía como arma política como hacen el PP y el PSOE; ahora es el momento, más que nunca, de los grandes acuerdos políticos, éste es el momento del gran pacto de Estado», manifestó Duran i Lleida.
En perfecta sintonía, lo que también es inusual, Artur Mas suscribió el enfoque porque «no es el momento de la agresividad parlamentaria, sino de los pactos de Estado». El líder nacionalista, no obstante pidió seriedad al Gobierno y «no lanzar una medida para luego quitarla o descafeinarla». Si hay rigor, añadió, CiU «estará ahí, dando el callo». La idea de los nacionalistas catalanes es, explicó Mas, acordar con el Ejecutivo y el resto de fuerzas políticas «una hoja de ruta anticrisis» que dé confianza «interior y exterior».
El método, según detalló el líder de CiU en RNE, debería ser que Zapatero propusiera «una política, que fuera consensuada, hacer un pacto de Estado y llevarlo al Congreso para aprobarlo». Recordó que su formación «desde hace meses» defiende «reformas a fondo», pero el Gobierno socialista es «reticente y perezoso», como evidencia que la pasividad sea su divisa más reconocible.
Por tanto, puntualizó Mas, «somos escépticos» sobre las posibilidades de alcanzar acuerdos porque «hay mucho egoísmo y poca generosidad». Durán i Lleida consideró asimismo que ha llegado el momento de «coger el toro por los cuernos todos conjuntamente». El portavoz de CiU en el Congreso sugirió a Zapatero que convoque a «todos» los líderes parlamentarios, diga «qué piensa hacer» y recabe el apoyo «mediante un diálogo entre todos para ponernos de acuerdo en las medidas concretas». Lo que no es de recibo, advirtió, es plantear «mociones de censuras ni adelantos electorales» como aboga el PP.
Contagio
El espíritu colaborador se contagió a Esquerra Republicana, cuyo secretario general, Joan Ridao, se sumó al «pacto de Estado anticrisis», aunque puso condiciones. Los republicanos exigieron al PSOE que dialogue con los agentes sociales, tras este primer paso, dijo Ridao, Esquerra asumirá entonces su «responsabilidad». Pero también se mostró receloso porque el presidente del Gobierno es como «un cocodrilo político, con una boca muy grande para hacer grandes discursos, pero con unas orejas más bien pequeñitas para escuchar propuestas».
El PNV, en cambio, se mostró reticente pese a que fue el principal sostén del Gobierno para aprobar los Presupuestos de este año. El dirigente nacionalista Andoni Ortúzar avisó de que su partido no va a sostener a Zapatero «en su caída» porque está «bastante decepcionado» y se siente «bastante maltratado» después de los gestos de colaboración que tuvieron con el Gobierno el año pasado.
El gesto de CiU mereció «la bienvenida» de la secretaria de Organización de los socialistas, pero Pajín rehusó hablar de pactos de Estado puesto que la estrategia del partido gubernamental se centra en los acuerdos día a día sin ataduras de legislatura. Con todo, aplaudió «la responsabilidad» de CiU y la diferenció de la del PP, «el único partido que no ha estado a la altura» de la crisis.
El vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, se mostro abierto a «explorar» la idea de CiU, pero nada más. Prefirió denunciar la existencia de «una campaña» que pretende «demonizar» a Zapatero. El dirigente socialista no especificó quién estará detrás de esta operación, pero aclaró todas las dudas cuando dijo que los instigadores serían los mismos que pretende «ganar las elecciones destruyendo» al líder socialista. El ministro se refería, sin duda, a Mariano Rajoy y al PP, a los que avisó que fracasarán en ese empeño porque Zapatero es «el mejor activo para el proyecto socialista».
El número dos del PSOE indicó que esta campaña de desprestigio se desarrolla en paralelo a una operación internacional orquestada contra la presunta debilidad financiera de España. «Nada de lo que está ocurriendo, incluyendo algunos (artículos) editoriales extranjeros, es casual o es inocente, todo responde a un objetivo». Y ahí, a juicio de Blanco, entra el PP porque «los comentarios apocalípticos sobre la situación económica de España no benefician nada a nuestro país».