El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. / Archivo
tensión política

Irán lanza un nuevo pulso al mundo y avisa a sus «enemigos» de que no podrán impedir su progreso tecnológico

Estados Unidos y sus aliados sospechan que el objetivo último del Gobierno de Teherán es lograr material suficiente para la fabricación de armas nucleares

TEHERÁN Actualizado: Guardar
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El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha reiterado que, pese a sus esfuerzos y conspiraciones, los "enemigos" no podrán detener el progreso tecnológico y científico en el que se ha embarcado el país. Las declaraciones del mandatario se producen después de que Irán haya informado oficialmente al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de que mañana comenzará a enriquecer uranio al 20% en la planta de Natanz.

En un discurso transmitido por la televisión estatal, el mandatario ha acusado a los mismos adversarios, pero sin nombrarlos, de haber asesinado con ese fin al científico nuclear Masud Ali Mohammadi, víctima hace un mes de un atentado con bomba detonada a la puerta de su domicilio en Teherán. "No sois capaces de poner obstáculos al desarrollo de Irán... si pensáis que (con actos como) eliminar a Ali Mohamadi podéis cerrar nuestro camino al desarrollo os equivocáis", ha subrayado el presidente ante un grupo de jóvenes iraníes a los que animó a emprender el camino de la ciencia.

A este respecto, Ahmadineyad ha recalcado que la ciencia sin fe es inútil, pero que "cuando estos dos elementos se juntan ocurren grandes acontecimientos". "Pese a todos los esfuerzos, no han podido derrotar la República Islámica en los pasados treinta años porque aquí disfrutamos de esos dos elementos", ha concluido.

Comienza el enriquecimiento

El discurso del líder iraní ha estado precedida de una carta a la OIEA en la que le asegura que el polémico enriquecimiento comenzará mañana martes y se hará en presencia de los inspectores internacionales. Este tipo de uranio es necesario para poner en marcha un reactor nuclear de investigación médica que el régimen iraní tiene previsto construir en Teherán. Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados sospechan que el objetivo último del Gobierno de Teherán es lograr uranio enriquecido al 90%, suficiente para la fabricación de armas nucleares.

Antes de este anuncio el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, había anunciado la orden para dicho Organismo iniciara el proceso de enriquecimiento uranio. En un discurso transmitido por la televisión estatal, el mandatario precisó que esa orden no significa que su país haya renunciado a la negociación. "Ustedes inicien el enriquecimiento del uranio al 20%, mientras nosotros estamos dispuestos a negociar para el intercambio de combustible nuclear", ha dicho el mandatario al presidente del citado organismo, Ali Akbar Salehi, presente en el acto.

Ahamdineyad ha revelado que los científicos iraníes han logrado desarrollar una tecnología que permite enriquecer el uranio a través de la técnica láser. "El láser permite separar los átomos, lo que significa que puede servir para enriquecer el uranio con el grado que uno quiera... pero de momento no pensamos utilizar este método de enriquecimiento", ha explicado. "Para enriquecer el uranio tenemos centrifugadoras que si Dios quiere podremos utilizar para enriquecer el 20% y ser autosuficiente", ha detallado.

Pulso a la comunidad internacional

Las declaraciones del presidente abren un nuevo capítulo en el enconado pulso que Irán mantiene con gran parte de la comunidad internacional a causa de las sospechas que levanta su programa nuclear. Países como Estados Unidos, Israel, Francia, Alemania y el Reino Unido acusan al régimen iraní de ocultar, bajo su esfuerzo atómico civil, un proyecto de naturaleza clandestina y aplicaciones bélicas cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal nuclear, alegación que Irán rechaza.

El conflicto se agravó a finales del pasado año después de que Teherán rechazara una propuesta de Washington, París y Moscú para enviar su uranio al 3,5% al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20%, en las condiciones necesarias para mantener operativo su reactor nuclear civil en la capital.

En un aparente cambio de postura, Ahmadineyad aseguró el pasado martes que su país no tiene problema alguno para enviar el uranio al exterior". La declaración consiguió abrir de nuevo la brecha entre las grandes potencias, y en particular entre Washington y Pekín, que mantienen posturas divergentes sobre la polémica. Estados Unidos presionaba desde hace meses para conseguir que todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU respalden un endurecimiento de las sanciones políticas y económicas al régimen de los ayatolá. China, por su parte, señaló que las palabras de Ahmadineyad significan que aún existen posibilidades de lograr una salida diplomática a la crisis.