Peret, cantante catalán de rumba./ Archivo
MÚSICA

La Academia premia el compromiso de Peret con la rumba

El cantante catalán recibirá el galardón el próximo 4 de marzo en Madrid

BARCELONA Actualizado: Guardar
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La Academia de la Música ha premiado el compromiso de Peret con la rumba con un galardón, el Premio a Toda una Vida, que el cantante catalán recibirá en la gala prevista el 4 de marzo en el Teatro Häagen Dazs Calderón, de Madrid.

La Junta Directiva de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música ha decidido por unanimidad conceder este reconocimiento a Pere Pubill Calaf, Peret, en la XIV edición de estos premios. En su compromiso con la rumba, el cantante ha influido en diversas generaciones de artistas: desde Los Amaya a Estopa, y de Las Grecas a Macaco. La rumba gitana se fusionó con la guaracha y el mambo de Pérez Prado para crear un nuevo género: la rumba catalana.

Para la Academia de la Música, "Peret es a la rumba catalana lo que John Lee Hooker puede ser al blues o Dylan al folk electrificado, es decir, un pionero".

Peret nació en Mataró (Barcelona) el año 1935, pero se crió en el barrio barcelonés del Raval, donde los clanes gitanos gestaron una revolución musical de la que Peret fue padre y protagonista. Su aprendizaje se desarrolló en la calle y los mercados, donde acompañaba a su padre, tratante de textiles al que todo el mundo conocía como 'el Mig Amic'. Así titularía Peret uno de sus temas, un tributo a su padre que, en palabras de Manuel Vázquez Montalbán, es la mejor canción de la nova cançó catalana.

El éxito llegó en los 70

El niño tenía una vocación musical desconocida hasta entonces en su familia. Pronto la guitarra se convirtió en su sombra y su innato gracejo le fue colocando más cerca de las juergas rumberas que del mercadeo de paños. Igual que a Bob Dylan, a Peret le cambió la vida un accidente de moto que tuvo a los 16 años. Desde entonces comenzó una carrera artística plena. Llegarían las actuaciones en el Teatro Victoria del Paralelo con sus fieles palmeros, los primeros singles, el traslado a Madrid y la inmensa popularidad de los años 60 y 70.

Era una época en que los pinchadiscos de las discotecas apartaban un espacio para sus rumbas. De 1968 data el álbum Peret, que incluía éxitos como Una lágrima, El gitano Antón, Amor a todo gas, etc., y que fue incluido por la prestigiosa revista Rockdelux en la lista de los 100 mejores discos españoles del siglo xx. En 1974 alcanzó la cima de su popularidad representando a España en el Festival de Eurovisión con Canta y sé feliz; poco tiempo antes, su tema Borriquito había sido n.º 1 en España, Holanda y Alemania.

En los 80 vivió entregado al evangelismo y más tarde a la superación de una grave enfermedad. Peret regresó en los 90 y hasta hoy sigue grabando y cuidando un legado que tiene continuidad. Como muestra un botón: el disco de homenaje editado por Chewaka en 2000, donde escuchamos remozadísimas versiones de sus éxitos en compañía de admiradores de las nuevas generaciones (Ojos de Brujo, Los Enemigos, Fermín Muguruza, Amparanoia o el mismísimo David Byrne). En 2009 nos regaló un repaso a melodías que marcaron su infancia, como Rascayú o María de la O, en el disco De los cobardes nunca se ha escrito nada.