La paciencia se acaba

Europa tiene más de ochenta millones de pobres, de ellos ocho millones en nuestro país. Mas allá de las cifras, la cruda realidad deja al desnudo que en esta Europa rica la insolidaridad ha sustituido la bandera azul de la esperanza. La injusticia social es la punta del iceberg de la corrupción mercantilista, capitalista y financiera de una sociedad, la mundial, que reclama una nueva revolución, otra forma de hacer política, de gestionar y repartir los recursos, porque a pesar de los discursos interesados de que no hay para todos, la verdad es que la Tierra es rica, lo único, lo inaceptable es que no se repartan los beneficios, los bienes y los alimentos de una forma mas justa y equitativa. Muchos han querido enterrar a Marx, pero sus ideas están hoy más viva que nunca por necesarias y justas. Porque podremos ser pobres, pero lo que no somos mayoría es tonto. Y como dice un viejo refrán «gota a gota, la mar se agota». Y a muchos por suerte se nos esta acabando la paciencia.