«Sin sentido del humor no podemos avanzar, hay que saber reírse de uno mismo»
Millán Salcedo cultiva la terapia del humor en 'Yo me subí a un piano verde', que llega hoy al teatro isleño
CÁDIZ.Actualizado:Millán Salcedo, ex de Martes y 13 y animal escénico recala esta noche en el Real Teatro de las Cortes de San Fernando con su espectáculo 'Yo me subí a un piano verde', obra que estrenó en 2008 y en la que habla de su infancia, su carrera, la televisión, el teatro y sobre todo el humor. Una especie de exorcismo en directo a través del cual Millán desempolva todos sus fantasmas y se desnuda ante el espectador. «Es un divertimento terapeútico para mí, una catarsis», apunta. «Sin sentido del humor no podemos avanzar, hay que saber reírse de uno mismo».
En la obra, Millán descubre pasajes de su pasado hasta ahora desconocidos, como su estancia durante diez años en un internado. «Ya lo tengo superado, pero recomiendo que nadie asesine la libertad de otra persona».
'Yo subí a un piano verde' cuenta con la dirección de dos de los miembros de Tricicle, Paco Mir y Joan Gracia, y el libreto del propio Salcedo. «Los dos dicen que firman la dirección hasta el día del estreno y que luego ya no se hacen cargo. Eso no quiere decir que yo sea el típico 'morcillero', pero siempre se deja una ventana abierta a la actualidad».
Millán está acompañado sobre el escenario por el pianista Marcos Cruz, al que llama cariñosamente 'Rigodón' en alusión al famoso personaje de 'La vuelta al mundo de Willy Fog'. «Nos llevamos genial dentro y fuera del teatro. Siempre viajamos juntos», apunta el actor, que siempre se sintió fascinado por los «piano-bar», a los que dedica un guiño en la obra. «Intenté estudiar piano hace años. Me matriculé con Pedro, de Los Pecos. Al final él siguió y yo no. La verdad es que le tengo mucho respeto. Siempre me ha encantado cantar».
Reconoce que lo que él practica no es un humor inteligente, sino «un humor directo, rápido, basado en la memoria colectiva». Aunque, «lo importante es hacer reír».
En 'Yo me subí a un piano verde' también hay homenajes a Martes y 13 y a la «santa empanadilla de Móstoles», a los que «le debo todo».
Pese a que no reniega de su pasado junto a Josema Yuste, Millán asegura que «no me dejan evolucionar», ya que constantemente en la televisión se imita el humor del famoso dúo televisivo y se hacen refritos de actuaciones como en el último especial de Nochevieja de Televisión Española. «Se utiliza la imagen y las ideas de otros descaradamente. No es de recibo, pero nadie dice nada», critica.
Enemigo de las tecnologías
«No soy un homínido prehistórico pero se vive muy bien sin esos aparatos», asevera Millán, que reconoce con orgullo no tener ni correo electrónico ni teléfono móvil. Hoy en día, «se hace un uso indiscriminado de estos aparatos. No hay forma de comunicarse».
Millán se confiesa entusiasta de las manualidades. Algunos de sus trabajos se proyectan durante el espectáculo, provocando la hilaridad del público. Sin embargo, su verdadera pasión es escribir. «Acabo de terminar una obra de teatro. Soy muy osado. Una herencia de mis ancestros. Ahora estoy viendo qué título ponerle, estoy entre 'Más pastillas, doctor' o 'Mientras me dormíais'».
Por lo que parece, sus proyectos de futuro están íntimamente ligados al teatro, su vida. «Creo que tengo alma de titiritero».
Por ahora, encadena funciones de 'Yo me subí a un piano verde' y la zarzuela de Paco Mir 'Los sobrinos del capitán Grant', en la que comparte escenario con su Fernando Conde, compañero suyo en los inicios de Martes y 13. En cuanto al cine, «no debo tener mucha cara para ello, porque no me han hecho muchas ofertas».
En televisión, «para lo único que me llaman es para participar de contertulio en estos programas de morbo o del corazón, para acudir a concursos o asistir a coloquios, así que no me interesa». No obstante, reconoce que no se negaría a participar en una buena serie. «Ya me hubiera gustado trabajar en un programa como Aída y hacer un personaje fijo».