Blanco, después de la reunión del Consejo de Ministros. :: REUTERS
Economia

Blanco toma el mando del control aéreo por decreto

El Gobierno recupera la gestión del tráfico aéreo y baja 150.000 euros de media el salario de los vigilantes del cielo

MADRID. Actualizado: Guardar
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¡Se acabó! El ministro de Fomento, José Blanco, ha dado un puñetazo en la mesa y ha borrado de un plumazo las condiciones laborales y los salarios que ostentaron durante años los controladores aéreos. Por real decreto-ley, y argumentando la imposibilidad de garantizar la normal operación en los aeropuertos durante la inminente Semana Santa, el Gobierno ha puesto las cosas claras a los vigilantes del cielo, a los que ha rebajado por ley el sueldo una media de 150.000 euros.

El Ejecutivo, y esto es tan importante o más que lo anterior, ha arrebatado la posición de dominio a los controladores, que ya no podrán organizar su trabajo, determinar los descansos o cerrar y abrir pistas a su voluntad sin consultar con la empresa que les paga. El poder vuelve a manos de Aena, o de otros operadores, pues la norma prevé también la liberalización en un plazo de tres años de la gestión de las torres de control, que podrá ser prestada por otros operadores mediante concursos públicos. Además, Aena ha comenzado una suerte de auditoría de todos los aeropuertos con poca actividad para determinar en cuáles instalará el denominado Servicio de Información de Tráfico Aéreo (AFIS), que es hasta un 72% más barato que el control aéreo.

Al más puro estilo Ronald Reagan, aunque algo más sutil, José Blanco ha terminado con la crisis aérea en dos días. Si el mandatario norteamericano despidió el 4 de agosto de 1981 a todos los controladores aéreos, que mantenían una huelga ilegal, el ministro de Fomento ha optado por el real decreto ley, la opción legal en manos de cualquier Gobierno para los casos de extrema urgencia.

A media mañana de ayer, el presidente de Aena, Juan Lema, comunicó por carta a los 2.401 controladores en activo en España que sus condiciones de trabajo quedaban derogadas en virtud del real decreto. Tras más de 60 infructuosas reuniones durante cinco años en busca de un segundo convenio colectivo para el sector, y después de que el sindicato mayoritario (USCA) presentara una propuesta que no rebajaba sino que encarecía su ya elevado coste salarial, Fomento ha roto la baraja.

En virtud del real decreto, que ya está en vigor, los controladores tendrán que trabajar 1.750 horas (su convenio marca 1.200) y sólo podrán hacer otras 80 extraordinarias al año a un precio de 1,75 veces la hora normal. La hora adicional se pagaba hasta ahora a 2,65 veces la habitual. El régimen sancionador se intensifica, aparecen los despidos disciplinarios preventivos para quienes menoscaben o pongan en riesgo el servicio, y los descansos se acortan de manera notable. USCA ha pedido ayuda a CC OO y UGT -a los que nunca estuvo demasiado próximo- al entender que un Gobierno sienta un peligroso precedente enterrando de golpe un convenio colectivo. La formación ha anunciado que recurrirá la medida. «Esto supone un estado de excepción laboral, ya que se modifican de forma unilateral unas condiciones de trabajo pactadas por la empresa y los empleados en una mesa de negociación», sentenció Rafael López, secretario de comunicación del USCA. Fuentes sindicales subrayan que la medida ha generado al menos inquietud en colectivos similares, como puedan ser los trabajadores de Renfe o Adif.

El salario medio de los controladores, ahora en 350.000 euros al año, queda reducido a 200.000, aún por encima de la media europea. De aquí a 2012, Aena se ahorrará los 300 millones anuales de déficit que le generaba el salario de los controladores y podrá, ése es su compromiso, rebajar un 15% a las aerolíneas las tasas de navegación, lo que abre la puerta a mejores precios para los pasajeros.

«No es tolerable que una empresa pública pague sueldos millonarios mientras el Gobierno pide austeridad al resto de españoles», afirmó José Blanco al dar a conocer el contenido de la norma. El ministro aseguró que las propuestas del USCA habrían disparado en tres años el coste salarial de los controladores hasta un 70% por encima de la media europea. «Eso no hay empresa que pueda soportarlo», apuntó. Y a continuación reclamó el apoyo de los grupos parlamentarios -el Congreso ha de convalidar el real decreto, que será tramitado como ley por el procedimiento de urgencia- y de la sociedad. Las primeras reacciones partieron de las aerolíneas y el sector turístico, que aplaudió al unísono la medida, como hizo la propia CEOE.

Lema ha pedido a los controladores que regresen a la negociación, que podría retomarse el próximo martes. Pero el USCA no lo tiene fácil. Aena negociará con CC OO y UGT lo relativo al tiempo de trabajo y los descansos. En el resto de asuntos del convenio colectivo, la propuesta de la empresa pública no es otra que el propio real decreto.