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Brown se dispone a entrar en el coche oficial para dirigirse a la Cámara de los Comunes. :: REUTERS
MUNDO

Ajuste de cuentas en los Comunes

La mitad de los parlamentarios deberá reembolsar las cantidades que facturó por gastos excesivos

AINHOA PAREDES
LONDRES.Actualizado:

La mitad de los diputados del Parlamento británico se ha visto obligado a devolver dinero a los contribuyentes. Un total de 392 políticos, incluidos los líderes de los tres principales partidos de Reino Unido, aparecieron ayer en la lista publicada por sir Thomas Legg, el responsable de auditar los gastos en que han incurrido los diputados desde 2004.

Cuando a primera hora de ayer se hizo público el documento en el que se relacionaban las cifras que les tocaba reembolsar a cada uno, el primer ministro, Gordon Brown, había devuelto ya casi 14.800 euros que gastó en decoración y jardinería; el líder de los conservadores, David Cameron, había reintegrado unos 1.100 euros, que incluían, entre otros, la limpieza de su chimenea, mientras que el liberal demócrata, Nick Clegg, abonó ya el millar de euros que facturó por servicios en su jardín.

Los pagos, que en total suman más de 1,12 millones de libras (1,28 millones de euros) y que en gran parte ya han vuelto al erario público, son de lo más variopintos: van desde unas decenas de libras de algunos a los más de 48.000 euros que le han reclamado a la laborista Barbara Follet. La secretaria de Estado de Trabajo e hija del autor de 'Los pilares de la Tierra', Ken Follet, gastó ese dinero en personal de seguridad para vigilar su casa de Londres, y un seguro para sus obras de arte, pero también reclamó la necesidad de usar seis líneas de teléfono.

Ha devuelto ya una parte, pero le queda por abonar más de 10.000 euros. Y, como al resto de los que deben algo aún, se le ha amenazado con bloquear su salario si no reintegra todo al Estado.

Coste elevado

A pesar de que esta evaluación ha sido bienvenida no se ha librado de las críticas. Por un lado, su credibilidad se puso en cuestión ayer después de que saliese a la luz que el juez jubilado sir Paul Kennedy había confirmado total o parcialmente las apelaciones realizadas por 44 diputados en contra de las conclusiones iniciales del auditor. De esta forma, algunos se han salvado de tener que devolver cantidades todavía mayores.

Por otro lado, la auditoría le ha costado al contribuyente algo más que de la suma total que han reingresado los parlamentarios que pasaron facturas abusivas. Tras la revisión de los gastos, Legg constató que el sistema tiene defectos, las reglas son vagas y que se dejó en manos de los diputados certificar si sus reclamaciones eran adecuadas o no.

De hecho, muchos no cometieron ninguna ilegalidad y ahora se quejan de que el auditor ha ido demasiado lejos y ha dañado su reputación poniéndoles en el punto de mira. Pero, de lo que no hay duda es de que la ambigüedad del sistema permitió, intencionadamente o no, que algunos lo explotasen al máximo.

Aun así, el jefe del Gobierno laborista consideró ayer que el resultado de la auditoría llevada a cabo es «un paso adelante muy significativo» para restaurar la confianza del público después de un escándalo que ha hecho mucho daño a la clase política de Reino Unido.